Leer a Lope
No es mala costumbre, antes de ir a Almagro, darse una vuelta una vez más por las obras que uno pretende ver. Este año tocaban dos obras de Lope de Vega: Fuente Ovejuna y El perro del hortelano. La editorial Cátedra en su colección Letras Hispanas desde hace años soluciona el problema, aunque, según pasa el tiempo, con un incremento de precios que, cuando uno compara con los catálogos que conserva, cada día le salen menos las cuentas. Así, los 4,81€ por los que uno podía comprar El Perro del hortelano o los 4,69 de Fuente Ovejuna, hace unos pocos años, hoy cuestan justamente el doble. De todas maneras habrá que seguir agradeciendo el que haya editoriales en las que uno va a tener la seguridad de encontrar a nuestros clásicos cuando lo necesite y en ediciones fiables.
Las dos obras de Lope que coincidieron el anterior fin de semana en Almagro deben ser las dos más representadas a lo largo de los cuarenta y un años del festival, quizá porque dentro de la inabarcable producción del “fénix de los ingenios” se sitúan en los extremos de su concepción teatral. Fuente Ovejuna es el teatro que parte de una historia real en la que el protagonista es el pueblo que se rebela ante la injusticia; El perro del hortelano es una comedia de altos vuelos con la que el autor pretende ante todo dejar claro que además de poner en pie historias con el lenguaje del necio, y sin ningún rubor buscar su aplauso, es capaz de moverse por otro registro bien distinto en el que lo artificioso y lo barroco tiene su máxima expresión.
El problema que plantea subir a las tablas Fuente Ovejuna es ante todo conformar una unidad de acción con ese personaje colectivo como protagonista. Poner hoy en pie El perro del hortelano es descifrar en cada verso el enigma con el que Lope reivindica su “cultura” y traducir al lenguaje actual una selva de sentimientos enredados en una artificiosidad llevada al límite y difícil de presentar ante un espectador medio del siglo XXI. Las dos obras se sitúan en los dos extremos de la producción teatral de Lope. Su necesidad de llegar al público que llenaba los corrales de comedias y su necesidad de demostrar que era algo más que un escritor de culebrones televisivos.
Quizá también por esos dos extremos evidentes el Lope de Fuente Ovejuna es puesto sobre las tablas en cada tiempo con el favor del viento que marca cada época y así le vale a los románticos, a los realistas, a los regeneracionistas, o ahora a los podemitas, para arrimar el ascua de Lope a su sardina. En El Perro del hortelano sólo cabe desembrollar el enredo y seguir la comedia hacia cualquier lado.
Con Lope, tantas interpretaciones como lectores. Mereció la pena constatarlo otra vez.
Lope de Vega. Arte nuevo de hacer comedias. El perro del hortelano. Fuente Ovejuna. Editorial Cátedra. Colección Letras Hispánicas. Números 585, 417 y 137. Entre 160 y 180 páginas cada uno. 8,50€, cada uno.