Walter Benjamin en Ibiza. Vicente Valero
Todo el mundo sabe la terrible relación que tuvo con España por su suicidio en Portbou el filósofo y escritor Walter Benjamin (Berlín, 1892-Portbou, septiembre de 1940). Sin embargo, no todo fue tragedia en su relación con España. Durante dos periodos, de abril a julio de 1932 y de abril a septiembre de 1933, disfrutó de sendas estancias en la isla de Ibiza y participó de lo que el autor de esta documentada crónica define así:
“El mito internacional de Ibiza, que tuvo principalmente en el movimiento hippie de los años sesenta a su máximo impulsor y difusor, fue creado en los años treinta por intelectuales y artistas que hicieron de la isla un espacio alternativo, tal vez un poco por casualidad, pero un espacio en el que era posible escribir o pintar libremente, bañarse desnudo, tomar hachís y, sobre todo, sentirse intérprete de la naturaleza, en una especie de Arcadia perdida y felizmente encontrada. Entre 1932 y 1936, la isla fue visitada por un buen número de jóvenes que aspiraban a ser artistas consagrados y profesaban nobles ideales antiburgueses. Escritores como Albert Camus, Jacques Prèvert, Pierre Drieu La Rochelle, Rafael Alberti, María Teresa León, Josep Palau i Fabre y Elliot Paul, entre muchos otros, dejaron constancia de ello en artículos, libros y poemas. Fue también así como la vivienda tradicional ibicenca se convirtió en símbolo de ambas actitudes: era por su ubicación, un espacio propicio para la creación artística y era también, por sus condiciones , por su estructura y tipología arcaica , un espacio propicio llevar una vida alejada de cualquier convencionalismo burgués” (Página 81).
Y es que la arquitectura tradicional ibicenca, así como el entorno natural de la isla, tendrían un impacto profundo, tanto en las nuevas corrientes racionalistas del movimiento moderno en la arquitectura, como en el anhelo siempre presente en el pensamiento humano de vuelta a la sencillez de la vida natural.
En la ingente obra de Walter Benjamin son dos los textos principales, aparte de trabajos alimenticios y artículos de menor extensión que quedan ligados a sus dos estancias en Ibiza y que además son puramente autobiográficos: Crónica de Berlín y Berlín hacia 1900, y como explica el autor Vicente Valero (Ibiza, 1963), “representan un ejercicio de búsqueda de todo lo que el futuro no estaba dispuesto a ofrecerle". “Quién intente acercarse a su propio pasado sepultado tiene que comportarse como un hombre que excava.” Esto es lo que había afirmado, al hilo de su trabajo de indagación memorística, en un breve texto titulado “Excavar y recordar”, escrito también en Ibiza durante aquellas inesperadas vacaciones. Pero cuanto más excavaba y desenterraba, más presente parecía hacérsele el futuro inmediato, un futuro que sólo podía llegar bajo la forma del exilio y la pobreza.
Tal como sabemos que transcurrieron los siguientes años, es posible que la estancia de Walter Benjamin en aquellos tres meses de 1932 constituyera –con todos los matices necesarios- el último periodo feliz de su vida" (Página 102).
En fin, además de reconstruir las dos estancias de Walter Benjamin en Ibiza y cómo se reflejan en su obra posterior, Vicente Valero nos da un panorama del ambiente cultural de la isla y un desfile de personajes de todo tipo, desde escritores y pintores a aventureros o espías nazis, que tuvieron relación con Walter Benjamin, en algunos casos de una manera que sorprenderá al lector.
Vicente Valero. Experiencia y pobreza. Walter Benjamin en Ibiza. Editorial Periférica, 2017.232 páginas. 18€.