Josep Pla. El “seny irónico”
Es este uno de los primeros acercamientos biográficos a la figura de Josep Platras su muerte en 1981 y quizás ese sea el principal de sus defectos visto desde hoy, cuando la bibliografía planiana ha alcanzado un volumen considerable y ya quedan pocos aspectos del escritor de Palafrugell por desvelar. De todas maneras, la obra y la vida de Josep Pla es tan compleja y tan rica de matices que uno no se cansa nunca de acercarse a ellas. Siempre hay alguna nueva lectura, algún dato, algún matiz nuevo o que se ha pasado por alto que a uno le interesa. En el libro de Ignacio Buqueras también se encuentran aunque en algunos de los asuntos más controvertidos sobre su biografía los eche en falta el lector familiarizado con las más recientes y últimas publicaciones.
El “retrato de antaño”, que así es como se llamaba la colección de la editorial Silex en la que se recoge este acercamiento, es el retrato de un admirador incondicional hacia la prosa inigualable del maestro y hacia su postura ante la vida, marcado por la ironía marca de la casa y como hilo constante en toda ella.
Sobre la ironía y el seny irónico el autor dice: “Ante todo, el seny. Si no yerro, el seny es el modo catalán de del razonable atenimiento a la realidad. El seny no es, sin embargo, simple y chato pragmatismo, y mucho menos utilitarismo a ultranza ante el mundo y la vida. La realidad a que razonablemente se atiene el seny – la de la vida, la del mundo- no es solo materia explotable, lleva en sí verdad y belleza, además de la posibilidad de ser utilitariamente explotada y pide en consecuencia contemplación y amor…
…El seny puede ser ingenuo e irónico. Cuidado. Ingenuo no equivale a miope o alicorto. Hay, si, ingenuidades miopes y alicortas, mas también las hay penetrantes y geniales. Ahí está la divina ingenuidad de Francisco de Asís, ahí la del seny del poeta y el hombre Joan Maragall. El seny consiste ahora en la leal aceptación del propio límite y en el amor –lucido y exigente amor en el caso de Maragall- a lo que es real dentro de ese límite y en torno a él. Mas también existe un seny irónico, y este fue, como el de Rusiñol, Françesc Pujol y tantos otros catalanes de la ciudad y del campo, el de Josep Pla. Seny irónico que solo puede ser comprendido desde lo que verdaderamente es el modo catalán de la ironía.”
Si hubiera que resaltar algo de este libro que cualquier lector de Pla degustará de la primera a la última página, serían los últimos episodios con la muerte muy cerca, llenos de anécdotas y frases de Pla que nos dejan claro la humanidad, la retranca y en definitiva el seny irónico del personaje.
Ignacio Buqueras. Josep Pla. El “seny irónico”. Editorial Silex, 1985. 224 páginas. Librerías de viejo.