Una oposición inteligente al pagepodemos
El grupo parlamentario del PP en las Cortes regionales debería tomar nota de lo que ocurrió tal que “antier”en la Carrera de San Jerónimo con la sesión extraordinaria en la que la posición en pleno se empeñó en cosechar el resultado contrario al que supuestamente pretendía. Claro, que nadie escarmienta en cabeza ajena y uno duda que el peperío regional tome nota y se lea el editorial de El País de ayer mañana y saque las conclusiones pertinentes, fuera del gozo de ver a Margarita Robles jurídica y legislativamente vapuleada, o a Joan Tardá convertido en el mayor apoyo de Mariano Rajoy con su “Adiós corrupción, bienvenida república”.
“Un paso en falso” titulaba el editorialista del periódico global, para puntualizar después que “la oposición se desgastó más ayer que el gobierno a que quería debilitar”.
Y es que, a pesar de que desgraciadamente la “podemización” ha sido tan inmediata en los Gilitos, y con efectos tan evidentes como la pérdida de algo tan importante en el funcionamiento de una democracia como son las formas que arropan el fondo de la práctica política, no es lo más inteligente y útil contestar con el insulto y la descalificación, y sí con los argumentos y los datos. El PP lo tiene tan fácil como poner en evidencia serenamente cada día el cúmulo de contradicciones que los propios aliados del pagepodemos se encargan de producir por tierra, mar y aire. No hay ninguna necesidad de hablar de bolivarización o podemización, antes de que los propios aliados podemizados se encarguen de mostrarse por sí mismos. Poner los adjetivos antes de que las cosas naturalmente sucedan es la manera más certera para que pierdan toda su eficacia. Los adjetivos con el pagepodemos rodando por esas cuestas y rodaderos del Tajo con Molina III al frente, acabarán llegando de la manera natural con que siempre le aparecen a un buen escritor con la paciencia suficiente para esperarlos. Josep Pla esperaba a los adjetivos liando un cigarro de Caldo de Gallina y siempre, “ineluctable, inexorablemente”, acababan redondeando la cuartilla y media de su “Calendario sin fechas”.
Paciencia, finura, mirar la vida y seleccionar los adjetivos. Lo de encadenar tres seguidos solo está al alcance de algunos espíritus refinados. Luego, recurrir a la ironía antes que a las palabras gruesas, porque si no, se acaba como Joan Tardá con su “República o corrupción”, obligando al editorialista de El País a dar la razón a Rajoy, o como la inefable Tania Sánchez justificando las propias faltas de ortografía por la corrupción del PP.
Que en el PP regional no se apresuren, los del pagepodemos les darán gratis los adjetivos y la mala prosa.