Lo increíble de un título existente en Castilla-La Mancha
Ya se sabe que la interpretación y desarrollo del título VIII de la Constitución mediante la fórmula del “café para todos” convirtió a España en un “todo por diecisiete” sostenido por el lema tan español de maricón el último. Diecisiete mini estados supra federales en los que los tres poderes clásicos se reprodujeron sin fin, cual “Allien” en la tripa de astronauta no vacunado contra virus espaciales. Cada vez que el Estado inventaba una nueva institución (ahí está el ejemplo del Defensor del Pueblo o el Consejo de Estado), miméticamente las diecisiete autonomías corrían a copiar el modelo en versión regional. El colmo han sido las Universidades públicas promovidas y financiadas con el dinero de todos y que ya van por la cincuentena. El mismo número de Universidades que de provincias hay en España desde el siglo XIX, y que si contamos los campus en que se desdoblan sus Facultades y Escuelas, multiplican por cuatro su presencia en el territorio nacional. No cuento la treintena de privadas, porque en una sociedad libre cada uno puede gastar su dinero como le de la real gana. No hay una sola Comunidad española que no tenga al menos una Universidad con unos cuantos campus desplegados en su geografía. Eso sí, uno mira las titulaciones que ofertan y una y tras otra repiten grados y másteres hasta la saciedad.
Y uno de los ejemplos más claros de lo anterior es la Universidad de Castilla-La Mancha, desplegada en siete campus, ofertando titulaciones sin fin, y, repitiendo, con muy honrosas excepciones, todos los males mayoritarios de las otras cuarenta y nueve.
Si la Universidad debe ser reflejo de la sociedad en que se inserta y la cadena de transmisión de su saber “universal”, habrá que concluir que la UCLM, o no está en Castilla-La Mancha o no se ha enterado dónde está desde hace ya unos pocos años.
Y es que por lo que se ve nadie cayó, cuando en los últimos años el famoso Plan Bolonia puso patas arriba todo el modelo universitario existente para adaptarlo a un modelo homologable en toda Europa, que la UCLM estaba en el mismo sitio en el que desde hace siglos existe el mayor viñedo de Europa, y desde hace décadas la mayor producción de vino de toda España.
Si un valdepeñero, un mentridano o un manchego con vocación por la Viticultura y la Enología pretendían obtener un título universitario relacionado con ambas materias, no tenían otra alternativa hasta el presente, que trasladarse a otra región. Las Universidades de Valladolid, en su campus de Palencia, la de Cádiz en Puerto Real, la de Extremadura en Badajoz, la de la Rioja en Logroño, la de Córdoba y la Universidad Rovira i Virgili en Tarragona, llevan años formando enólogos. Parece que ahora a alguien se le ha encendido una luz en la UCLM.