La culpa la tuvo el PP
Juan Pedro Hernández Moltó compareció la semana pasada en el Congreso de los Diputados en una comisión de investigación que pretende explicar la quiebra de las Cajas de Ahorro. Ya se sabe que desde la restauración de la democracia estas comisiones sólo han servido para hacer política por otros medios, que diría el clásico. Así que ahora no iba a ser la excepción. Juan Pedro Hernández Moltó fue siempre un economista metido a político y fue la política la que le mantuvo en la Vicepresidencia del Gobierno de Castilla-La Mancha que presidía su amigo Bono y también fue la política la que le llevó a la Presidencia de la CCM. Si alguien esperaba que Hernández Moltó no iba a aprovechar la ocasión para echar la culpa al adversario, es que no sabe lo que es una comisión o se ha olvidado para qué han servido todas hasta ahora. Juan Pedro se puso las botas contra el PP y de paso le soltó un zasca a Miguel Ángel Fernández Ordóñez , a la sazón gobernador del Banco de España y a Zapatero por hacerle caso:
“Una campaña de ataque a la reputación que provocó una tormenta perfecta y obligó al regulador a tomar una decisión precipitada con una sobreactuación del Gobierno”.
Claro, que todos los argumentos del expresidente de la CCM serían más creíbles si después de la intervención de la CMM, aquel domingo de marzo de 2009, no hubiera venido la quiebra en cadena de la totalidad del sistema de cajas de ahorro que se desmoronó como un castillo de naipes. Así que lo de la falta de liquidez provocada por la dimisión de los consejeros del PP, la fuga de depósitos, el susto de los mercados y la malvada actuación del infiltrado Luis de Guindos, desde las auditorías de “Price” y las agencias de rating, por muy bien que suenen, no cuelan.
Cuando se habla de la crisis bancaria a muchos se les olvida que en España no ha habido un sólo banco de capital privado que quebrara en aquella crisis y que fueron la totalidad de las Cajas de Ahorro las que se fueron por el sumidero de la historia arrastradas por el cáncer de la intervención de políticos y sindicalistas metidos a banqueros. Esos “rescates de los bancos” y no de las personas, que proclaman los discursos demagógicos de los populistas, nunca existieron, porque lo que se rescató fueron los ahorros de miles de clientes de las cajas y ni una peseta de ningún banco. Se rescató la irresponsabilidad de una clase política que en cada territorio entró a saco en los ahorros del ciudadano de a pie para hacer de las cajas el “instrumento financiero” de sus caprichos y de sus políticas.
Desde luego, Hernández Moltó, condenado por falsedad contable por la Audiencia Nacional, tiene derecho a defenderse y a echar la culpa al empedrado, al chachachá o al PP. Para eso ha servido siempre una comisión y él hace muy bien en aprovecharla.