Talavera japonizada: Japón y olé
Anda empeñado el amigo Carlos Rubio López de la Llave en niponizar Talavera y se ha metido en faena con la organización de unas jornadas a lo largo del mes de mayo, dedicadas a divulgar la cultura japonesa en colaboración con el Ayuntamiento y la Biblioteca José Hierro bajo el título de “Poesía japonesa para todos”. La excusa son los actos de conmemoración del 150 aniversario de la firma del tratado de Amistad, Comercio y Navegación entre Japón y España en noviembre de 1868 en Kanagawa, impulsadas por el último gobierno de Isabel II con el Emperador Meijí (en septiembre se había producido la Gloriosa que se llevó por delante a la monarquía) y que serían ratificadas por los gobiernos que vinieron en el denominado “Sexenio revolucionario o Democrático”. Desde entonces, las relaciones diplomáticas y culturales entre los dos países no han cesado hasta hoy a través de instituciones como la primera Sociedad de la Lengua Española impulsada por el Marqués Hachisuka en 1893 o la fundación en 1949 en Kyoto de la primera Sociedad Cultural Hispano-Japonesa presidida por alguien con un apellido tan japonés y español, como Miura, no sabemos si aficionado también a la cría de toros bravos, que había estado destinado en la Embajada de Japón en Madrid.
Hay que decir que Carlos Rubio es un personaje excepcional que ha dedicado media vida a la lengua y la cultura japonesa, algo que a uno le admira por mi incapacidad con los idiomas, y mucho más conociendo su trayectoria. Antes de dedicarse en cuerpo y alma al japonés, Carlos aprendió árabe y enseñó español en Irak; luego, cambió el Oriente Próximo por el Lejano, se casó con una japonesa y tiene dos hijas por las que corre la sangre de los dos países, tan distintos y tan cercanos. Sus diccionarios de japonés-español son utilizados por miles de japoneses y españoles, sus Historias de la Literatura Japonesa y sus traducciones, que van desde los clásicos a los escritores de la actualidad, han servido para acercar la literatura japonesa a los lectores españoles. En Talavera, mantiene desde hace años un club de lectura desde el que impulsa multitud de actividades y que uno sigue, como sabe el lector del blog de los sábados, porque casi siempre encuentra una buena sugerencia de lectura proveniente de ese mundo.
Durante esos quince días, el propio Carlos Rubio dirigirá un taller de “Poesía japonesa para todos” que irá acompañado por un taller de caligrafía japonesa, dirigido por Myriam Molina, una exposición de fotografía que coordina María Ángeles Rodríguez, otro de pintura a tinta o sumi-e, de arreglos florales, la celebración de la ceremonia de té, de origami o plegado de papel, de escritura, manga y anime… en fin, un despliegue de conferencias como la de la profesora de la Escuela de Arte de la ciudad que contará su experiencia con alfareros japoneses, exhibiciones de tiro con arco, o la proyección de algunas películas de ese cine que sigue la estela de los maestros Ozu o Kurosawa.
Por ponerle una pega a estas jornadas de “Poesía japonesa para todos” del amigo Carlos Rubio, uno echa en falta la actuación de un cuadro flamenco sacado de alguna de las 650 escuelas de flamenco existentes en Japón, con más de 80.000 alumnos del arte de Mairena, Caracol y Lola Flores con los que presumió el primer ministro Shinzo Abe, en la última visita de los Reyes de España a Japón, de ser la “segunda potencia mundial del flamenco y olé.