El “yate” de García-Tizón en Monfragüe
Cuando se quieren tener argumentos en contra o a favor de algo no hay ningún problema:
-¿Conversación o lectura? –ofrecía el peluquero a todo cliente que se sentara en el sillón de su barbería. Y si el cliente elegía conversación, nueva oferta del fígaro: ¿A favor o en contra?
Ya tiene uno dicho unas cuantas veces en este papel digital que lo de Álvaro Gutiérrez, el PSOE y la muleta de Ciudadanos de la mano del difunto Antonio López, abriendo una causa general contra el anterior presidente Arturo García-Tizón, sólo se sostenía en el deseo de aniquilación política de una pieza que se consideraba de caza mayor. Los pisos de la Diputación, la comisión creada sin ninguna base legal, como han demostrado los tribunales, y la actuación contra todo lo construido en Ciudad de Vascos, son buena prueba de ello. Del barco que serviría para llevar a Vascos a los visitantes se dijo incluso que era un yate al servicio del presidente como si de un nuevo Azor se tratara, y uno de los argumentos en su contra era una supuesta negativa de la Confederación Hidrográfica del Tajo a permitir la navegación en ese tramo del pantano de Azután y la desembocadura del río Uso. Ya dije también que, en este caso, la patada a García-Tizón la recibirían todos los habitantes de la Jara en su propio trasero, al negarles una de las pocas y nuevas fuentes de recursos que tienen aquellas olvidadas tierras. Ahora al leer la noticia en medios nacionales de que en el Parque Nacional de Monfragüe un barco para turistas surcará las aguas del Tajo entre Serradilla y Talaván me ratifico en lo que tantas veces he repetido.
Monfragüe es Parque Nacional y Reserva de la Biosfera y un lugar digno de ser visitado. Cuando yo estaba en activo, raro era el año en que no hacía una visita a un entorno en el que la mayoría de mis alumnos disfrutaba entre actividades didácticas y de ocio que los responsables del parque extremeño sabían alternar. Allí se celebra cada año una feria de turismo ornitológico que es una de esas variedades surgidas alrededor del turismo de naturaleza y que congrega a fotógrafos, biólogos y simples amantes de la naturaleza que han hecho de su observación un medio de vida. En fin, cada vez que lo he visitado he visto un afán por abrir caminos y no cerrar puertas a nada, siempre con un cuidado escrupuloso en guardar el primer objetivo de uno de estos lugares que es su conservación para las futuras generaciones.
Y en ese afán conservacionista, pero a la vez de mostrar de una manera efectiva a los pueblos del entorno el valor de la conservación del espacio sin negar ninguna posibilidad a diversas formas turísticas, está el proyecto del barco de visitantes que en un futuro se convertirá en un Aula de la Naturaleza Flotante. Afortunadamente a nadie en la Junta de Extremadura se le ocurrió lo de la no navegabilidad del mismo Tajo de Azután y Vascos.