María Toledo y el torero
María Toledo, la cantante de flamenco y copla de la tierra, se ha casado con un torero, Esaú Fernández. Es lo suyo y lo que Dios manda en la cosa del querer y la copla desde que Concha Piquer se casó con Antonio Márquez, un torero que pasará a la historia más por su boda que por su aporte a la tauromaquia moderna. Lo de Luis Miguel Dominguín con Lucía Bosé solo fue la variante de los años del desarrollismo de boda entre torero y artista de cine. Claro que todos coinciden en que la boda bombazo hubiera sido la del “número uno” con Ava Gardner, pero el pequeño de los Dominguín decidió que no era cosa de llevarse los cuernos a casa. Después de la Piquer y su marido torero, la fórmula se repitió con Isabel Pantoja y Francisco Rivera Paquirri, aunque aquí el tándem era un tanto monta como el de los Reyes Católicos, en el que no se sabía quién tenía más tirón entre el público que se asomaba a esa televisión de los sálvame y empezaba a abandonar las plazas de toros. El colmo de los tópicos fue la tragedia culminada en Pozoblanco y la condición durante un puñado de años de viuda inconsolable. Luego lo de Rocio Jurado y José Ortega Cano tuvo todo el aroma del amor otoñal en el que nunca se sabe cuánto hay de segunda oportunidad y cuánto ocasión perdida. La muerte de la más grande dio la vuelta al relato en clave feminista y dejó a Ortega con el título heredado de la Pantoja. Pero el modelo de la cantante de copla casada con torero es algo que no muere y ahí están Estrella Morente, una revolucionaria del cante y la copla como su padre, y el torero Javier Conde…
Ahora lo suyo es que los héroes de nuestro tiempo que son los futbolistas de élite, se casen con modelos despampanantes, cantantes de pop-rock o presentadoras de televisión. Los niños no juegan al toro en las plazas de los pueblos y sí al futbol y aspiran a ganar la Champions League y no a salir a hombros de la Maestranza y de las Ventas. Por eso uno se alegra de ver una boda en pleno Toledo con torero y folclórica en coche de caballos y con un piano blanco en la puerta de San Juan de los Reyes, que es como dice el catecismo del toledanismo que se debe casar alguien que lo hace con un torero y que lleva el apellido que lleva.
¡Olé y olé! Por María y Esaú. Así se hacen las cosas y así lo han hecho para alegría de Toledo. ¡Casi ná!