Los miedos del entorno de García-Page
No se hartan de decirlo y los seguirán repitiendo mientras dure la resaca de las elecciones andaluzas del domingo: Castilla- La Mancha no es Andalucía, ni Emiliano es Susana. Pero en el fondo, el miedo a lo que no sale en las encuestas, sobre todo si las hace un tal Tezanos, se ha instalado en el entorno del Palacio de Fuensalida. Nadie esperaba la patada que los andaluces han propinado a Pedro Sánchez en el trasero de Susana Díaz, y eso preocupa, porque, no en vano las de Susana y Emiliano en el PSOE son vidas políticas paralelas. De ellos partió la conjura que acabó con la defenestración de aquel uno de octubre y ellos han aparecido como el otro PSOE que no entiende de gobiernos Sancheztein. Los dos han largado en público y en privado contra la deriva de Pedro Sánchez, pero por lo pronto en Andalucía el elector no lo ha comprendido. Ese es el miedo. La toxicidad de la marca PSOE en manos del doctor Sánchez y la imposibilidad de desmarcarse de ella. En la acera de enfrente se encargarán cada día de recordar esa duplicidad imposible y tratarán de sacar el máximo rendimiento. A Susana no le ha funcionado por mucho que Pedro Sánchez apenas haya aparecido por Andalucía y el logotipo del puño y la rosa lo hayan pintado de verde y reducido al mínimo.
Tampoco Castilla-La Mancha es Andalucía, porque Susana, ya antes de comenzar la campaña, tenía agotado el comodín de Ciudadanos, y por activa y por pasiva, Albert Rivera había dado por finiquitado el régimen andaluz de los treinta y seis años y pico. Aquí Emiliano ha comenzado a cortejar a Albert Rivera y por ahora todo marcha viento en popa. Emiliano siempre ha mantenido una excelente relación con Rivera propiciada por ese muñidor de alianzas, se llame Pablo Iglesias o Pedro Botero, que es Pepe Bono. Ahí está la jugada de la Diputación de Toledo con la que le levantaron el sillón a Arturo García-Tizón y que casi todo el mundo cargó en la cuenta del difunto Antonio López, mientras Rivera se escondía y le propinaba la primera en la frente a Mariano Rajoy en la persona de su íntimo amigo.
Y ahí está la gran esperanza de Emiliano y no lo ha disimulado cuando en una de las últimas entrevistas resaltaba el espíritu del PSOE al que él se afilió, similar al corazón socialdemócrata de Rivera. Y ahí seguirá incidiendo hasta mayo. Pero el miedo a las hazañas venideras del doctor Sánchez también está ahí por mucho que Emiliano tenga claro aquello que decía su mentor sobre donde están los caladeros productivos de voto en la región.
De todas formas seguiremos atentos a las encuestas del CIS de Tezanos y así estaremos seguros de lo que no ocurrirá. Barómetro infalible.