El PSOE de Page, el de Sánchez y el misterio del dios uno y trino
Está claro que no hay un solo PSOE. Poco tiene que ver el PSC de Iceta con el PSOE-A de Lambán, el PSOE-A de Susana Díaz o el PSOE-CLM de Emiliano García-Page. Uno, no se atreve a decir que eso, con los tiempos líquidos que corren, sea un defecto, ni mucho menos. A una organización con más de ciento cuarenta años de historia hay que tenerla un respeto. Ahí está el ejemplo de la Iglesia Católica, con sus Borgias y sus Franciscos de Asís, con sus santos y sus demonios, sus épocas de poder temporal y de luz celestial, sus guerras y su paz universal. Adaptación a los tiempos.
En el 1933, el PSOE de Indalecio Prieto, Julián Besteiro y Francisco Largo Caballero era el máximo oponente al voto femenino. Tal que ayer, doña Carmen Calvo, ministra del Ramo de la Fé, ha dejado establecido que el feminismo es de izquierdas por naturaleza y obra y gracia del espíritu de San Carlos Marx. Pero ahora no es simple “agiornamiento” al espíritu de los tiempos: en cada barón regional socialista crece una iglesia cismática que aspira a ser la verdadera y universal, aunque el universo se quede reducido a un trozo de la piel de toro.
El profeta Iceta ha proclamado su creencia en la nación catalana y la plurinacionalidad de España, mientras el sonoro silencio del guía supremo Sánchez atruena desde los altos de la Moncloa. La cosa se resolverá cualquier día como se resolvió en el Concilio de Nicea el misterio de la Santísima Trinidad: diecisiete naciones distintas y una sola nación verdadera. España una y diecisiete para el nuevo catecismo patriótico, en el que los niños contestarán al problema de si Murcia, Castilla-La Mancha y las otras quince son una nación, como se contestaba en las clases de Doctrina Cristiana al laberinto de los tres dioses que eran dios, y un solo Dios verdadero. Todo resuelto y todos tocando poder, que es lo que importa.
Cuestiones más difíciles se han resuelto con un poco de buena voluntad y, sobre todo, de fe en la fortaleza del tinglado. El PSOE-CLM de Page es uno y trino, como las tres personas del misterio católico. Es el PSOE de Sánchez, el PSC-PSOE de Iceta y el PSOE-A de Susana, pero no es ninguno de ellos. Es el PSOE de Pablo Iglesias (el de la barba blanca y el de la gorra), el de don Francisco Largo Caballero, “El Lenin español”, el de Felipe, el de ZP, pero ninguno a la vez: es el PSOE de Emiliano García- Page, que a la vez es todos, como cualquier teólogo de la cosa de la política podría demostrar.
En el nombre del padre, del hijo y de Emiliano, amén. Misterio resuelto.