Avutardas, agricultores y Borrell políticamente incorrecto
El Instituto de Investigación de Recursos Cinegéticos de CLM acaba de llamar la atención sobre el abandono de las avutardas de las zonas en las que se ha cambiado el tradicional cultivo en vaso o cepa de la vid por el de espalderas. Ya se sabe que la avutarda es una especie esteparia que quiere horizontes abiertos, como las grandes llanuras cerealísticas, y huye de los paisajes cerrados o con obstáculos. La alerta coincide cuando los agricultores salen a la calle protestando por una situación insostenible en el campo, motivada principalmente por los precios de unos productos que no alcanzan a cubrir los costes de producción. Hoy día, la productividad de la viña y de tantos cultivos pasa por la reconversión hacia la mecanización total y el método de espalderas, como es lógico, avanza irremediablemente en aquellas explotaciones que no han optado directamente por el abandono. Así que el dilema, eterno desde que la especie humana inventó la agricultura y colonizó los espacios naturales para sus prácticas, está servido como tantas veces: o agricultura o avutardas.
Lo primero que le llama la atención a uno es que sea un Instituto de Recursos Cinegéticos el que dé la voz de alarma sobre la disminución del hábitat de una especie que hace muchos años dejó de ser especie cinegética, porque que uno sepa la avutarda no se caza en la Península Ibérica desde hace unas cuantas décadas. Pero, en fin, quizá sea la preocupación lógica de añadir, algún día, la avutarda al catálogo de las especies no protegidas y cazables por su proliferación.
La Política Agraria Comunitaria trajo, junto a las subvenciones por el abandono o mantenimiento de algunos cultivos, el establecimiento de zonas para la protección de aves (ZEPAS) sometidas a una legislación estricta y regulatoria sobre cultivos y posibles (más bien imposibles) cambios de uso. Por eso, también le llama a uno poderosamente la atención que en algún área de estas se haya cambiado del cultivo en vaso al de espaldera sin más.
Claro, otra posibilidad es que se pretenda que los viticultores de algunas zonas no declaradas ZEPAS pero por las que a veces pueden haber aparecido avutardas, renuncien al intento de hacer rentables sus explotaciones con la reconversión. Viñas rentables o avutardas, me pregunto.
Y en esto está uno con Josep Borrell, cuando hace unos días reflexionaba sobre si la generación Greta, que clama contra el cambio climático, será capaz algún día de pagar el precio de las soluciones que proponen y renunciar al confort y la vida que han heredado de las anteriores generaciones.