Con la navaja en el bolsillo
Son tiempos duros para todos, especialmente con los sectores relacionados con el turismo. Ochenta millones de turistas cada año que venían a España doblaban prácticamente la población residente. Los supervivientes del sector son excepciones que se estudiarán en las facultades de Ciencias Económicas como ejemplos y rarezas.
En la región, la calle del Comercio, la calle Ancha de toda la vida para los toledanos, ejemplariza la crisis. El turismo nacional no es suficiente. Se cierran establecimientos y como si de la cercana Talavera se tratara, la calle principal que encauzaba a diario el río de turistas que marchaba sin posible pérdida del Zocodover a la Santa Iglesia Catedral Primada de Santa María, adquiere el aspecto de una calle en liquidación. Los toledanos de estas generaciones nunca la vieron así.
Cada establecimiento cerrado, cada comerciante que echa el cierre es una historia en la que de poco vale agarrarse a la cuerda de socorro de un ERTE para los empleados y encarar el negocio por el propietario. No hay nada que rascar mientras no vuelva esos turistas en manada que tanto molestaban a algunos en las ciudades históricas. Ahora todos los debates sobre la terciarización, la despoblación y los inconvenientes de vivir en un casco histórico como Toledo o Cuenca, nuestras ciudades Patrimonio de la Humanidad, han pasado a segundo término. Se trata de sobrevivir, una tarea que uno, en días como hoy, contempla de un color muy negro, si es que el negro es un color.
Y en Albacete, el gremio de cuchilleros, con el apoyo de la Diputación se ha lanzado a otra campaña que uno contempla como un capítulo en esta lucha de tintes quijotescos: “Viaja con navaja”, es el lema que la Asociación de cuchilleros y afines (APRECU) ha elegido para defender al sector explicando al comprador que todos los obstáculos que tendrá si pretende viajar con una navaja en el coche, en el tren o en el avión son salvables dentro de unos límites. Ahí está una página web en la que se detallan las normas a las que debe someterse el comprador de una navaja. Y ahí nos recuerdan que en España es legal llevar una navaja con menos de 11 centímetros de hoja, siempre que no sea automática.
Alguien se preguntará por quién en estos tiempos puede llevar una navaja en el coche, pero si piensa en una multiherramienta lo verá más claro. Lo de la navaja pura y su futuro en el mercado, lo ve uno como el del turismo, por muchas campañas de imagen que nos den. En el campo, casi todo el mundo lleva navaja porque es una herramienta imprescindible y mucha gente la lleva las veinticuatro horas del día con la naturalidad con que todos llevamos la penitencia del teléfono. Menos mal que en Albacete ningún cuchillero se engaña. En España, lo de un hombre, una navaja en el bolsillo y una mujer, una navaja en la liga es cosa del pasado y de los guiris que tanto añoramos ahora.