IRÓNICA Y PATÉTICA REALIDAD DEL TREN DE TALAVERA - Silvia Núñez Martín (12 de octubre de 2017)
El desgraciado devenir de la vetusta, maldita y anacrónica línea ferroviaria Madrid-Badajoz y el declive inexorable y dantesco que vienen padeciendo Talavera y su comarca están intrínsecamente ligados, como si teniendo una distante vinculación genealógica en realidad fueran hermanas gemelas.
Pese a las múltiples incidencias, problemas y calamidades que se sufren constantemente en esta línea ferroviaria, las administraciones competentes no han hecho absolutamente nada durante décadas mientras todos somos testigos de la paulatina decadencia en la que se ahogan Talavera y su comarca. Los mismos políticos y responsables que difícilmente sabrían ubicar a Talavera en un mapa y tienen que consultarlo antes de difundir cada publirreportaje con el que indefinidamente nos sumen en el olvido, el abandono y la desidia.
Al contrario que en otras regiones, ciudades incluso pueblos que no solicitaban, sino que exigían y exigen con vehemente beligerancia la llegada del AVE, en Talavera, henchidos de humildad y solícitos de clemencia, sólo deseamos un tren convencional en condiciones, que funcione correctamente y cumpla su horario.
La reivindicación del tren en Talavera, como otras reivindicaciones de menor repercusión pero igualmente urgentes, es una entelequia y una guerra perdida.
Todos los políticos locales talaveranos son rehenes, a la par que lacayos, de instancias superiores que se esfuerzan desde tiempos inmemoriales por escenificar con falsas promesas y publicidad engañosa la llegada de un tren fantasma en un futuro difuso.
La conclusión obvia, teniendo en cuenta lo que acontece estas semanas en el panorama político nacional, es que lo que tenemos que hacer en Talavera es amenazar con un referéndum unilateral, decir que nos vamos a independizar de Toledo, de Castilla La Mancha y de España.
Habrá que divulgar al mundo entero y parte de la galaxia que Talavera es una ciudad milenaria, cuna de la humanidad, epicentro del mundo y subyugada bajo el opresor centralismo de Madrid y el franquismo de un Estado totalitario que impide y reprime el talameño como lengua milenaria de los talaveranos.
A otros radicales nacionalistas de privilegiadas regiones españolas esta delirante y surrealista cantinela les ha servido durante muchas décadas para trincar y rapiñar dinero en modo barra libre, que les mejoren las infraestructuras, que consigan inversiones en industria y que les transfieran ingentes cantidades de dinero para su prosperidad.
Así que ya sabéis talaveranos, “que nos vamos, que nos vamos”, hasta que nos hagan caso. Y desobediencia total a todo lo que no queramos. Las leyes manchegas y españolas ya no nos valen, solo la voluntad del pueblo talaverano a tener el AVE.
¡Talavera nación!. Exigimos la mediación internacional de la compañía ferroviaria francesa SNCF y de la alemana Deustche Bahn.
Un saludo.