PRECARIEDAD CEREBRAL - Jesús Sánchez-Ajofrín Reverte (20 de octubre de 2017)
¿Cómo es posible que el pulso de un país, y parte de más de un Continente, dependa de un grupo de personas prepotentes y prostituidas por el odio a sus semejantes? Pues está bien claro: el embrión se engendró en el vientre de una generación ciega, y amordazada bajo el jugo del cerebro rectilíneo, que, a veces, no podemos obviar.