SE APAGAN LOS ECOS DEL 11-N EN TALAVERA - Silvia Núñez (22 de noviembre de 2017)
Era de esperar que a los pocos días de haberse celebrado la manifestación más multitudinaria de Talavera de la Reina, sus ecos, súplicas y eternas reivindicaciones volvieran a su cauce natural, a ese bucle de olvido, alienación y desidia. Lo inaudito es que alguien se sorprenda que tras la manifestación en Talavera del pasado día 11-N hay... "la nada".
Se apagaron una vez más los ecos de las reclamaciones a pie de calle y vuelta a la rutina, perdón, a la ruina. Vuelta a la cotidianeidad del abandono, la desesperanza, la emigración lejos de Talavera, la desolación a pie de calle viendo cada vez más miseria y establecimientos cerrados. Una ciudad que cada vez está más deprimida y envejecida. La juventud huye de Talavera en busca de un futuro ilusionante y el talento se fuga a velocidades supersónicas.
Dentro de 20 años se convocará otra manifestación pidiendo lo que hace otros 40 años nos negaron todos los culpables de haber llevado a Talavera de la Reina a un abismo sin fin.