LO AMABLE FRENTE A LO INTERESADO -Román Sánchez Maeso (2 de febrero de 2018)
Asistimos a una gran revolución mediática, informativa y desinformativa a la vez. Parece mentira que para intentar estar al día de lo que ocurre en esta época que nos ha tocado en suerte vivir, lo primero que haya que ser es un experto clasificador y calificador de noticias y contranoticias, de informaciones verdaderas y otras muchas falsas e interesadas, ¡qué pereza!
Me gustaría tener un experto de cabecera en selección de noticias para estar debidamente informado y digo más, bien informado. Sin embargo mi situación económica no me permite estos lujos. Por tanto, los que no disponemos de esa selección previa de noticias e informaciones de todo tipo, estamos perdidos.
El derecho a la información veraz aparece cada vez más disuelto e irreconocible. Es posible que sin darnos cuenta estemos adentrándonos en el terreno del posderecho a la información veraz y así quede este derecho constitucional superado y no garantizado.
A cada interés de todo tipo (económico, político, mediático, de lobbies de distintos grupos e intereses, etc.) le corresponde un “modelo informativo” que vela por sus objetivos. Los espectadores y lectores de noticias que asistimos a esta “orgía informativa”, estamos desconcertados. Necesitamos noticias e informaciones genuinas, veraces y con el mínimo posible de contaminación interesada.
También necesitamos, para que nuestro bienestar informativo-emocional no se resienta demasiado, que se resalten con más asiduidad noticias e historias más amables, que cuenten que todavía existen hoy en día personas e instituciones que son representantes de los buenos de este mundo.