EL SAPO Y EL ESCORPIÓN - Roberto (17 de octubre de 2018)
Haciendo una modificación a la conocida fábula de la rana y el escorpión, me ha venido al pelo para compararla con la situación actual que vive España.
Como ustedes habrán adivinado, el sapo es Sánchez –una vez besado por su amada reina por unos segundos- y el escorpión es Iglesias -hay animales más repugnantes con los que compararle, pero pobrecillos..., los animales-.
Pues bien, el sapo se ha echado a la chepa al escorpión, creyendo que con semejante carga llegará muy lejos, sin percatarse de que en la naturaleza del podemita comunista está liquidarle –políticamente-, arruinar a la clase media, y liquidar España.
¿Cómo se puede dejar en manos de semejante sujeto la aprobación de unos presupuestos para España? ¿En manos de quién reprueba al Rey? ¿En manos de quién quiere liquidar la Constitución del 78? ¿En manos de quién ha cobrado de la narcodictadura venezolana?
¿En manos de un comunista que sólo puede llegar al poder haciéndonos pobres a todos? Porque nunca el comunismo alcanzó el poder sin haber arruinado y haber llevado a la miseria a su pueblo, a sus gentes –como le gusta decir al escorpión-.
Tenemos el ejemplo en Venezuela. No lo quisieron ver, como al parecer nos está pasando a nosotros. Ni parecen querer verlo quienes se apoyan en ese tipejo para alcanzar el poder, del que les desalojarán a la menor oportunidad, clavándoles su aguijón de ponzoña. La misma ponzoña que inoculan, a través de los medios y las redes, con consignas y estupideces guerra civilistas y de lo malo que son los ricos. ¡Y lo dicen los que tienen mansiones y buenos sueldos! Por cierto, sueldos que les subirán en torno al 26% gracias a la subida del SMI (recuerden que ellos dicen que cobran 3 veces el SMI).
El sumum del disparate es ver cómo quieren aprobar unos presupuestos para España a base de pactarlos con golpistas, antiespañoles y comunistas que odian a España, y por si fuera poco con un preso. Si esto no es la Cosa Nostra, en lugar de un país democrático, camino de perder su libertad y su porvenir, para caer en manos de una casta liberticida y totalitaria, y no lo vemos, quiere decir que nos hemos vuelto tarumba y la ponzoña del escorpión es más grave de lo que imaginaba.
Lo que no puedo entender es como mientras el sapo se hunde, su corte de ranas croan por mantener su puesto, sin ver que luego les tocará a ellas.