Grandes ausencias en el Día de la Región, un Page muy raro y el alcalde que molestó a muchos
Este miércoles 31 de mayo se celebró en Cuenca el Día de Castilla-La Mancha y fue un día raro y excepcional, en un contexto poco favorable política e institucionalmente. Los importantes acontecimientos políticos de las últimas semanas en España y el bloqueo que sufren los Presupuestos de la Junta de Comunidades, en vía muerta por decisión de Podemos, marcaron el devenir de una jornada sobre la que planeaba un ambiente de poco optimismo y notable incertidumbre. Los próximos meses van a ser decisivos en todos los sentidos y Castilla-La Mancha se dispone a vivir una situación política sin precedentes en las últimas décadas.
No es de extrañar, por tanto, que el discurso del presidente de la Junta, Emiliano García-Page, estuviera lleno de contenidos pero ausente de grandes propuestas, en contra de lo que suele ser habitual en sus apariciones públicas. Fue un discurso el del presidente regional positivo y con emotividad, pero raro y sin nuevas iniciativas sobre las que diseñar el futuro de la región. No es frecuente que Page lleve a cabo este tipo de intervenciones y fueron muchos los que destacaron esta significativa novedad de ayer en el Día de la Región, segundo del líder socialista como presidente de Castilla-La Mancha y primero en el que no lanza propuestas. Sí tuvo un emocionado recuerdo para la recientemente fallecida exconsejera Elena de la Cruz y también hizo un guiño clave a la necesidad de aprobar los Presupuestos regionales a la mayor brevedad posible.
Precisamente, el Pleno de los Presupuestos Generales en el Congreso de los Diputados tuvo una notable incidencia en este acto institucional del Día de Castilla-La Mancha, ya que esa fue la razón fundamental de todas las grandes ausencias que se registraron en la jornada. Entre los expresidentes de la Junta sólo José Bono estuvo en el acto, ya que ni José María Barreda ni María Dolores de Cospedal pudieron estar presentes debido a la importancia del pleno presupuestario y su obligada presencia a la hora de las votaciones. Tampoco estuvieron ninguno de los diputados nacionales que Castilla-La Mancha tiene en la Cámara Baja, todos ellos ausentes por la misma razón que Barreda y Cospedal. Era la primera vez en un Día de la Región que se producían tan significadas y relevantes ausencias en la jornada institucional más importante del año en Castilla-La Mancha.
La parte más incómoda de la jornada la puso el alcalde anfitrión, Ángel Mariscal, poco acertado a la hora de elegir el discurso que tocaba hacer en esta jornada tan señalada. Sus palabras, a ratos reivindicativas, a ratos positivas y de consenso, fueron, sin embargo, mal recibidas por la amplia representación del PSOE en el acto cuando pidió cuentas al presidente Page de asuntos que pueden tratarse en cualquier momento del año, pero tal vez no en una jornada institucional como el Día de la Región. Y mucho menos por parte del anfitrión. Mariscal recibió un aluvión de críticas a través de las redes sociales y enfadó significativamente a muchos socialistas presentes en el acto, que entendieron sus palabras fuera de lugar en este contexto.