El empresario de la región que fue imagen de la corrupción es ahora “un dios” (desaparecido)
“Seseña, de 'ciudad fantasma' a las listas de espera: `El Pocero aquí es un dios´”. Así ha titulado Libertad Digital un amplio reportaje de la periodista Elena Berberana sobre el proceso de transformación que ha experimentado la macrourbanización El Quiñón de Seseña (Toledo), y cómo en unos años ha pasado de ser un desierto urbano en un secarral de La Sagra a un barrio en el que hay largas listas de espera de familias que quieren adquirir una vivienda para instalarse aquí.
Paralelamente, se ha revalorizado la imagen del promotor de este proyecto, el polémico Francisco Hernando, “El Pocero”, que ha pasado de ser la imagen de la corrupción urbanística en España a ser considerado un dios por los vecinos de El Quiñón, que le agradecen la iniciativa, la calidad de los inmuebles y el magnífico equipamiento de la urbanización. Un “paraíso” a media hora de Madrid en el que se respira aire puro y no falta ningún tipo de servicio: Ese puede ser el resumen del reportaje sobre El Quiñón del periódico de Federico Jiménez Losantos.
Y para confirmarlo citan la fuerte demanda de viviendas que están recibiendo las inmobiliarias que actúan en la zona, con una ocupación del 95% y una demanda de pisos disparada. “Los pisos vuelan, no duran más de un día publicados y se alquilan en el momento", asegura al diario digital una agente inmobiliaria. El Quiñón, aseguran, está en plena efervescencia: En cuatro meses se han llegado a vender más de 300 viviendas.
Actualmente hay censadas 10.000 personas, según el Ayuntamiento. Según LD, quienes criticaron y repudiaron hasta la saciedad al “Pocero”, sobre todo los partidos políticos de izquierda por el pelotazo urbanístico del municipio toledano, callan ahora. "El Pocero aquí es un dios", asegura una vecina que vive con su pareja desde hace 5 años en la urbanización. "Aquí todo el mundo lo quiere y le agradecemos lo que ha hecho, vivimos como marqueses en pisos preciosos con piscina, jardines y garaje y todo por un precio asequible para cualquier trabajador de clase media baja". Otros muchos repiten lo mismo a la autora del reportaje.
El veloz crecimiento de la zona lo corrobora la apertura de un colegio con 800 alumnos inscritos que tiene ya prevista su ampliación. Los supermercados, cafeterías, bazares, panaderías, asador de pollos, veterinarias, peluquerías y los bares son síntomas “de que allí ya no caminan fantasmas”, dice la reportera.
Sin embargo, nada se sabe del “Pocero”: “La pista de Francisco Hernando se pierde tras el incendio en Seseña el 13 de mayo de 2016. Allí se presentó con un altavoz y unas gafas de sol y les dijo a todos los vecinos que correría con los gastos legales de los abogados. Su última entrevista la concedió al programa Espejo Público el 18 de mayo del 2016”. El Pocero anunció entonces que no se volvería a saber nada más de él y recalcó que "está orgulloso de lo que ha hecho y no ha fracasado, sino todo lo contrario". Su plan era construir 13.000 viviendas de este proyecto del que sólo llegó a levantar la tercera parte. "Mi vida ha sido siempre pelearme con los alcaldes, no soy un corrupto, he hecho algo bueno. He dado mucha riqueza a España", afirmaba reivindicándose ante las cámaras.
Francisco Hernando fue estigmatizado por culpa de la burbuja inmobiliaria a la que sirvió de cabeza de turco. Por eso quizá fracasó en el intento de trasladar su experiencia, sus medios y su ambición empresarial a Guinea. Por si fuera poco, Hacienda publicó su nombre en un listado de morosos que le atribuye una deuda con el Fisco de 86 millones de euros. El “Pocero” ha tenido que vender sus yates y propiedades: "Ahora estoy arruinado, pero yo soy un inversor al estilo de los Estados Unidos. Allí se dice que el empresario que no se arruina tres veces no es empresario".