La capacidad de sorpresa no es exclusiva de parques temáticos ni de grandes multinacionales del espectáculo. También pequeños grupos organizados pueden ser sugerentes en sus acciones de protesta con el propósito de llamar la atención.
 
Es el caso de la  plataforma toledana contraria al establecimiento, a escasos kilómetros de Toledo, del parque Puy de Fou,  un caso de éxito en Francia que la compañía gala aspira a exportar a España tras ser apreciada a nivel internacional como uno de los principales focos de atracción y visitas del mundo.
 
La convocatoria de “Queremos saber la verdad sobre Puy de Fou” (ver las estrellas desde la finca Zurraquín) ha sido “plagiada” a un pequeño pueblo de la serranía de Cuenca, Zarzuela, donde un importante grupo cárnico de la región, Incarlopsa, pretende instalar una macrogranja de 2.600 cerdas de cría con la oposición de sus vecinos. 
 
Uno de los argumentos esgrimidos en Zarzuela contra la instalación de la macropiara es el “astroturismo” y cómo la pestilente contaminación ganadera afectará a los amantes del avistamiento de estrellas. Al parecer en Toledo la afección no será el olor de miles de turistas sino la contaminación lumínica.
 
Los motivos por los que algunos toledanos se han puesto “mirando para Cuenca” y han copiando su “celestial” acción de protesta, no pasan desapercibidos para los defensores de este importante proyecto empresarial para Toledo: Existe una constelación de intereses que convergen en los detractores del parque; una vía láctea –dicen- en la que se citan Podemos/Ganemos, Ecologistas en Acción y reconocidos ex altos funcionarios de izquierda ya jubilados, esquivos con el proyecto francés y que no “pajean” con esta inversión multimillonaria ni con el presidente de la región. 
 
Malas lenguas, aunque generalmente bien informadas, advierten que si el proyecto gabacho no tiene todas las bendiciones de los que ecologistas es sólo por la mala previsión de los franceses: “Si en vez de encargar rigurosos estudios ambientales a gabinetes expertos independientes lo hubieran hecho a consultores cercanos a Ecologistas en Acción, que los tienen- las cosas serían más fáciles”. Eso dicen.