Magdalena Valerio se gana el sueldo reorientando el barco de la ideología
La ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, la guadalajareña Magdalena Valerio, ha tenido siempre muy clara su posición ideológica y la ha aplicado de forma coherente en aquellas responsabilidades públicas que ha desempeñado. Pese a algunas de sus declaraciones, en general la consideramos una persona moderada y sensata que busca el acuerdo y el consenso con sus interlocutores. Resulta curioso recordar que su salida de la Consejería de Trabajo en tiempos de Barreda se debió a un mal entendimiento con los sindicatos y que fue Mari Luz Rodríguez la encargada de corregir los pasos de esa relación. Las dos fueron en principio un importante sostén de Pedro Sánchez, pero la primera se mantuvo fiel y ahora es una de sus ministras más influyentes y la segunda se cansó del líder y desapareció de la escena pública.
Y también es curioso que pese a aquellas "desavenencias" antiguas con los sindicatos, haya sido Magdalena Valerio la que represente al Gobierno en Barcelona en los actos del 130 aniversario del sindicato más antiguo de España, la UGT, y la que ha dicho que, a su juicio, "el sindicalismo es más necesario que nunca para entender el concepto de justicia social y coordinar el movimiento social ante los riegos que supone la globalización económica". En referencia al diálogo ha sostenido que es fundamental para alentar un buen gobierno, y ha apostado por el consenso como seña de identidad, ya que considera que solo así se darán pasos de cambio: "el diálogo es el mejor instrumento que nos hemos dado a nosotros mismos para promocionar el acuerdo y la implicación democrática de los principales factores en el mundo de trabajo".
Pero lo que más ha llamado la atención de sus declaraciones no ha sido eso sino la referencia a que la primera intención del Gobierno de Sánchez es "reorientar el barco que estaba muy escorado a la derecha" y que su objetivo es conseguir, por lo menos, superar el 50 por ciento de los objetivos que se han planteado desde que el PSOE llegó a la Moncloa el pasado 1 de junio. Lo del barco es un símil no demasiado oportuno en un tiempo en el que los barcos se atraviesan en las políticas migratorias del Ejecutivo socialista de Pedro Sánchez.
En cualquier caso, Valerio ha tirado de manual para intentar convencer al auditorio sindicalista que "ahora hay dirigentes, recientemente elegidos de la derecha, que no les parecía suficientemente escorado [el barco] a la derecha, sino que ahora lo quieren escorar a la extrema derecha. Van hacer ahora competencia con Vox".
Todo esto lo ha dicho Valerio el mismo día que el secretario general de UGT, José María Álvarez, junto al que se ha sentado en el acto de Barcelona, ha hecho una firme defensa de la libertad de los políticos catalanes presos. "Mi prioridad es que los consellers puedan salir y preparar desde su casa la defensa", ha dicho en una entrevista radiofónica.