Confidencial

Cospedal ha dejado la política, pero seguirá muy presente en la región

8 noviembre, 2018 00:00

La renuncia ayer de María Dolores de Cospedal a su escaño en el Congreso y, en consecuencia, el abandono de la política era una "muerte" anunciada con la única duda del momento en que se iba a producir. La expresidenta de Castilla-La Mancha se había marcado sus tiempos y pensaba que lo prudente era marcharse a finales de año. Sin embargo, los acontecimientos se han  precipitado y la presión política y mediática le han obligado a adelantar la decisión que tenía tomada hace varios días, tal como le había adelantado a Pablo Casado. El largo comunicado que ayer envió desde el PP de Toledo, como militante que es por esta provincia, no tiene desperdicio y habrá tiempo de analizarlo en profundidad sin las prisas que impone la urgencia de la noticia.

Destaca sobre todo el hecho de que no se arrepienta de sus contactos con el excomisario Villarejo y que, por el contrario, lo justifique como una labor propia de quien tenía la responsabilidad de velar por los intereses y la seguridad del partido. Reconoce haber tenido muchos errores en su vida, pero no precisamente el de haber tenido contactos con Villarejo.  Sin embargo, consciente del escándalo que se ha formado en torno al caso, ha decidido abandonar para "liberar al PP de cualquier ataque, por injustificado que sea".

La equivocación que sí reconoce Cospedal es la de haber pedido a su marido que la ayudara en la interlocución con Villarejo: "Ahora él está pagando por haberme ayudado a tratar de tener una visión más clara de lo que estaba ocurriendo", se lamenta sobre la situación de su esposo, Ignacio López del Hierro.

Lo que hizo, asegura, fue luchar "contra los que traicionaron" al PP: "Ha sido un trabajo ingrato y difícil, pero tampoco me he arrepentido nunca. Se lo debía a mi gente y también a todos los españoles". Y en ese sentido insiste que "nunca he tenido que mentir, nunca lo he hecho. Siempre he dicho la verdad. Y la verdad es que nunca ordené ni encargué espiar a nadie. Pedí más información para confirmar si eran ciertas cuestiones concretas que me habían hecho llegar y que podían afectar a determinadas personas. Esa era mi responsabilidad".

La parte más emotiva del comunicado es cuando al final pide perdón a sus compañeros del PP de Castilla-La Mancha, sobre todo a los de Toledo, provincia por la que era diputada, a los que le hubiera gustado contárselo personalmente, aunque "a veces las circunstancias imponen otros tiempos". Termina subrayando que ha sido un honor para ella ser presidenta de Castilla-La Mancha y ministra de Defensa: "Esté donde esté a partir de ahora, vaya donde vaya, seguiré trabajando por el futuro de mi país".

Como decimos, habrá tiempo para entrar más en el fondo del comunicado y en lo que ha significado Cospedal para Castilla-La Mancha, sin duda una de las figuras más relevantes de la historia de la Comunidad. 

Cospedal se ha marchado, pero es seguro que va a seguir viva en el recuerdo de esta región durante tiempo, al menos el que resta hasta la celebración de las próximas elecciones autonómicas del mes de mayo. Los ecos de su gestión no se apagarán tan fácilmente en los argumentarios electorales de los rivales políticos del PP. Y solo la perspectiva que da el paso tiempo pondrá a cada cual en su sitio. Pero eso será dentro de mucho.