El gesto de Page con Cospedal que le honra política y personalmente
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha tenido el detalle de no sumarse a la iniciativa de Podemos de declarar persona non grata a la expresidenta de Castilla-La Mancha María Dolores de Cospedal. No solo es importante el detalle sino también el hecho de haber dejado en entredicho al vicepresidente segundo de su propio Gobierno, José García Molina, que ha querido apuntarse un tanto político a costa de una persona que puede haber cometido errores, pero sobre la que no consta ningún tipo de delito ni imputación judicial que la haga merecedora de algo tan duro y absurdo como lo que propone Podemos, que además no ha explicado de qué la acusan para llevar las cosas a tales extremos.
Se trata únicamente de una propuesta oportunista que no tiene más sentido que la de aprovechar electoralmente la caída política de Cospedal por unos hechos que el tiempo dirá si tienen realmente la importancia que se les ha dado. En cualquier caso, si ha habido errores por parte de la exministra de Defensa, y si no hay detrás nada más que lo conocido hasta ahora, ya lo está pagando de forma suficiente con su renuncia al acta de diputada, su marcha de la política y el juicio sumarísimo mediático y social que está sufriendo. No se puede hacer leña del árbol caído por simple interés partidista. Tal como ha expresado Page, no se puede querer ser buen político a costa "de dejar de ser persona". El presidente castellano-manchego no quiere que "se confunda la acción política con el talante personal".
Resulta hilarante, a pesar de lo serio del asunto, que la diputada María Díaz diga que declarar persona non grata a Cospedal "es un clamor social" y que nadie entendería que el PSOE no apoye la propuesta. Pues alguien sí lo entiende; sin ir más lejos, el propio presidente regional con el que gobierna Podemos entiende que no se debe apoyar la propuesta. Y lo del clamor social se comenta por sí mismo.
Tampoco ha estado muy acertado al PP al tachar de cínico a Page por no apoyar a Podemos. Es paradójico. Deberían agradecérselo y cerrar el capítulo, sin tener en cuenta en este caso las críticas que ha recibido, recibe y recibirá Cospedal en el marco del debate político entre rivales de distinto signo ideológico y como cargo público que ha sido durante años.
Una cosa es el debate dentro de las normas que exige el juego democrático y otra el ataque y, lo que es más grave, la acción real y directa contra la persona de los que se erigen en jueces y parte de sus contrarios. Y es precisamente esto último lo que ha afeado Page a García Molina de forma acertada.