Bono salta por sorpresa, muy bien por Martínez Guijarro y el educado plantón de García Molina
Cataluña me ha quitado temporalmente el sentido del humor. No sé cómo llevará el bochorno el vicepresidente segundo de Castilla-La Mancha, José García Molina, que este lunes dio un elegantísimo plantón a la Policía Nacional en los actos de los Santos Ángeles Custodios en Toledo. Sin avisar y desde luego sin disculparse como corresponde a un alto cargo de su categoría. El numerito del ausente se sintió y se dejó notar y no le pasó a nadie desapercibido, supongo que tampoco al presidente de la Junta, Emiliano García-Page, que tiene a García Molina en su Gobierno y todavía no sabe porqué. Es verdad que tampoco asistieron al Día de la Policía ni Page ni el presidente de las Cortes, Jesús Fernández Vaquero, pero en ambos casos hubo aviso y disculpa por motivos de agenda y asuntos más urgentes, cuestión muy diferente a la del vicepresidente segundo y líder regional de Podemos, ese hombre. Claro, que a lo mejor si va y se entera Pablo Iglesias le expulsa fulminantemente del partido, al modo por ejemplo del estilazo que se gastaron con Fernando Barredo en Toledo.
En fin. En representación del Ejecutivo autonómico sí estuvo el vicepresidente primero, José Luis Martínez Guijarro, este sí muy en su sitio y apoyando a la Policía y a la Guardia Civil y su papel en defensa de la Constitución. Sus declaraciones fueron muy significativas después de los graves suceso del domingo en Cataluña y todo lo que se nos viene encima esta semana. Es curioso y sorprendente tener un Gobierno en Castilla-La Mancha con dos vicepresidentes antagónicos que piensan y dicen lo contrario: el primero en defensa de la Constitución, la ley y las Fuerzas de Seguridad, y el segundo el otro día con Oriol Junqueras tan feliz en Barcelona, echándose unos risas y viendo el espectáculo. Jamás se había visto una cosa igual en un Gobierno castellano-manchego, pero en fin los años pasan y el mundo cambia. Vicente Tirado, secretario general del PP en la comunidad, y José Julián Gregorio, delegado del Gobierno, también estuvieron por supuesto en la fiesta policial y mostraron su respeto y admiración.
Y la cosa es que, en medio de este clima enrarecido, saltó ayer José Bono por sorpresa en un foro protagonizado por los ex ministros Josep Piqué y Josep Borrell y se lió la manta a la cabeza muy defensor de España, de la Constitución y de la Guardia Civil y la Policía Nacional. Ya se sabe que Bono no es santo de mi devoción, pero el expresidente de Castilla-La Mancha nunca ha jugado con las cosas de comer y siempre se le ha visto un tío sensato y un patriota, y por eso ahora no me ha sorprendido su encendida defensa de las Fuerzas de Seguridad frente a lo que calificó como el "tumulto" del domingo en Cataluña. Según Bono, la Policía y la Guardia Civil no son culpables, sino los separatistas y los Mossos pasivos e incumplidores de una orden judicial frente a gravísimos delitos castigados con la cárcel. Todo el peso de la ley frente a los secesionistas y los irresponsables que gobiernan en la Generalitat.
Y aquí dejo las Diez Negritas, que hoy no han sido diez sino lo menos doce o trece. Y bien está.