Editorial

García Molina, ni contigo ni sin ti

19 septiembre, 2017 00:00

José García Molina vive sin vivir en sí. El líder de Podemos en Castilla-La Mancha y desde hace aproximadamente un mes vicepresidente segundo de la Junta no parece tener clara su pertenencia al Gobierno socialista de Emiliano García-Page y lleva días haciendo públicas sin tribulaciones y dudas respecto al lugar que ocupa actualmente en la política castellano-manchega. No sabemos si la confusión de García Molina es sincera o impostada, o en qué grado puede ser una cosa o la otra, pero lo que sí parece muy evidente es la incertidumbre que el propio vicepresidente siente sobre cuál es su sitio político en Castilla-La Mancha y las responsabilidades que conlleva. García Molina está dentro y quiere estar fuera a la vez, ser gobierno y oposición, poder y conciencia frente al poder, y esa ambigua duplicidad le está llevando a una melancolía política muy visible desde dentro y desde fuera.

Decimos esto porque el hombre de Pablo Iglesias en Castilla-La Mancha ya ha sugerido en varias ocasiones su desubicación en el Ejecutivo de Page, la incomodidad que siente formando parte de él y la posibilidad de no acabar la legislatura como miembro del Consejo de Gobierno, de tan poco integrado que se siente formando parte de este equipo. García Molina hace una cosa y dice la contraria, y viceversa, tal vez acomplejado por su verdadera realidad política dos años después de haber entrado en ella: ha pasado de ser el líder regional de un partido antisistema con aspiraciones revolucionarias a formar parte de la estructura de poder más importante que actualmente tiene el PSOE en Castilla-La Mancha, es decir, el propio Gobierno regional y las Cortes autonómicas.

O sea, un papelón de difícil digestión para las bases de Podemos y el ala crítica que representa David Llorente, el otro diputado regional del partido. Querer estar y no estar a la vez es una posición imposible que García Molina debe esclarecer, entre otras cosas para dejar claro al presidente del Gobierno socialista al que pertenece, o sea, a Emiliano García-Page, cuál es su verdadera situación en el organigrama de poder en Castilla-La Mancha y que lo suyo deje de parecer un "ni sí, ni no, sino todo lo contrario", que es lo que parece ahora.