Toledo lo merece, los toledanos también
Me gusta mi ciudad. Toda persona que llega a Toledo se siente fascinada desde el primer momento por su conjunto histórico artístico y la mágica infraestructura de sus calles y plazas. Para un toledano que ama su ciudad, es un honor presenciar el continuo hervidero de turistas que transitan a diario por cualquier rincón del casco, dejándose seducir por las sorpresas monumentales con las que se encuentran a la vuelta de cada esquina.
La entrada de ingresos que se genera a través de un turismo en su mayoría excursionista que apenas pernoctan en la ciudad, es notable e imprescindible para el comercio, la hostelería y la restauración, pero también pone de manifiesto la poca altura de miras de las autoridades locales y autonómicas, responsables de hacer crecer a nuestra ciudad y la capital de Castilla-La Mancha para incrementar su gran atractivo y haciendo realidad el enorme potencial turístico con el que cuenta Toledo.
Toledo tiene edificios infrautilizados por la pasividad del equipo de gobierno municipal, que no hace apuestas firmes y decididas. Hemos estado años esperando la construcción de un Palacio de Congresos, por cierto, con innumerables problemas y prórrogas en su construcción y que hoy en día se limita a dar cabida a una cartelera de eventos que apenas ofrece un rendimiento del 30 % de lo que podría ser la utilización de esta instalación.
El Partido Socialista adolece en sus gobiernos de muchos titulares y pocas realidades y este es el caso de la promoción turística de nuestra ciudad por parte que la alcaldesa de Toledo y su equipo de gobierno. La etapa dorada del Greco 2014, debería repetirse con la búsqueda por parte de las autoridades de nuevos focos de atracción que hagan de Toledo, una Ciudad Patrimonio de la Humanidad en ejercicio.
Pero si el gobierno socialista del Sr. Page fue incapaz de cumplir como alcalde con la mínima dignidad su colaboración con el Greco 2014, ahora con Tolón al frente del Ayuntamiento, la cosa no va a cambiar porque el equipo de gobierno municipal está a otras cosas, muy lejos de ponerse a trabajar para que Toledo se convierta en lo que siempre debió ser, cuna y llegada de viajeros ávidos de sentir y vivir Toledo.
Me entristece ver que los dos últimos alcaldes que ha tenido Toledo, más afanados en utilizar el gobierno municipal como catapulta política personal que en el enriquecimiento de la ciudad, no han querido entender que tenían entre sus manos una joya que merecía ser mimada, atendida y rentabilizada mucho más de lo que ha sido, para orgullo de los vecinos y ensueño de los que en algún momento de sus vidas pasan por nuestra ciudad.
Toledo bien vale una apuesta.