Hace unos años, cuando el PSOE de Barreda gobernaba en  Castilla-La Mancha, se produjeron una serie de hechos bastante graves desde el punto de vista de la gestión. El SESCAM no pagaba a las farmacias ni a sus proveedores, los funcionarios estuvieron a punto de no cobrar sus nóminas, los agricultores no recibían las subvenciones de la PAC… . La sanidad y la educación se vieron gravemente afectadas y todo era debido a una mala praxis, a una mala planificación y gestión de los servicios públicos, unido al despilfarro que se produjo en las propias consejerías. Un despilfarro al que no se quiso poner coto, porque era parte de la estrategia para comprar voluntades. Es en este escenario en el que se produce la victoria del Partido Popular en 2011. El nuevo Gobierno se encontró con una administración sobredimensionada, mal gestionada, llena de empresas públicas con directivos afines al PSOE y sueldos millonarios, con gastos superfluos que no valían para nada y, en definitiva, prácticamente en bancarrota y con una economía intervenida por el Gobierno central de Zapatero.

Cospedal puso orden con medidas urgentes y necesarias en un intento de salvar a nuestra comunidad de la quiebra. Pasado el tiempo podemos ver como se consiguió enderezar la comunidad y, a pesar de las duras medidas aplicadas, la ciudadanía se lo agradeció volviéndola a hacer ganadora de las elecciones de 2015. Entonces el PSOE de Page pactó con Podemos, para quitar a Cospedal y hacerse con la presidencia de la Junta. Así de crudo y así de triste.

Pero ya hemos vuelto a las andadas. Todo el mundo puede ver como se gasta en “tontás” y no en cosas serias. Otra vez la administración autonómica  se está llenando de jefes (por supuesto puestos a dedo), tirando el dinero. Se realizan inversiones realmente absurdas, que, o no son necesarias, o no es el lugar mas adecuado para hacerlo. Pongo un ejemplo: en un instituto de educación secundaria de Ciudad Real capital cambian la caldera que tenían por una de biomasa. Hasta aquí, bien. Pero si tenemos en cuenta que el centro está mal aislado y el sistema de calefacción no es el adecuado para utilizar esta caldera, la cosa cambia; y más aún cuando el proceso de selección del centro ha sido el sorteo… Es difícil de creer tanta improvisación. Más teniendo en cuenta que este centro tiene problemas más acuciantes y denunciados, como por ejemplo el hecho de haber iniciado las clases faltando cinco profesores y que, tras diversas comunicaciones con la Delegación de Educación y con sindicatos, aún a día de hoy siguen faltando dos profesores. Es decir, cambiamos una caldera cuando no es necesario, pero que mis hijos no tengan clase porque la Junta no ha sido diligente en la contratación de profesores está fenomenal.

Qué fácil era hacer política con la Educación y qué pocas soluciones se ponen ahora desde el Gobierno de Page. Y salvo honrosas excepciones, los sindicatos callados.

En cuanto a Sanidad, las listas de espera ya son kilométricas y por más que se empeñen en ocultarlo, a mí mismo me han dado alguna cita para 2019. Les invito a que pregunten a los funcionarios de diferentes hospitales para comprobar que esto es así. Y si todo esto no fuera suficiente, metemos a Podemos en el Gobierno regional. Una decisión que lleva un coste económico importante en sueldos, coches y asesores. Y mientras pisan moqueta se ponen a apoyar el llamado “derecho a decidir” de los independentistas catalanes. Bien, Page, bien.

He dejado para el final una cuestión que me afecta personalmente. La Dependencia. Para ver cómo está el tema basta con recordar que la Plataforma en Defensa de la Ley de Dependencia propuso a García-Page y a su consejera del ramo como candidatos a los premios “Gente sin alma”. Por su "ineficacia" en materia de dependencia y porque “vienen reclamando de forma ilegal cantidades a los dependientes, machacando a los familiares que cuidan a su familiar dependiente en su domicilio, por no adecuar las ayudas técnicas a las verdaderas necesidades del colectivo y que hace que el 99% de las propuestas para su movilidad no sean adecuadas y por forzar en muchas ocasiones a tener que moverlos a pulso con el consiguiente peligro real para las vidas de los dependientes y de sus familiares", en palabras de la propia Plataforma. Poco más se puede añadir.

Javier Eneraldo Romano. Concejal del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Ciudad Real