Ascensores y escaleras mecánicas: hagámoslo fácil
Accesibilidad al casco antiguo de Cuenca. No es el único problema de la ciudad, pero es un gran problema. Porque divide una ciudad de por sí pequeña, impidiendo las deseables sinergias y permeabilidades, sociales y económicas, entre la ciudad alta y la baja. Y como no se ha resuelto el problema, nos encontramos con que el casco se está despoblando porque los conquenses optamos por no vivir en él, y se resiente el turismo, que tampoco es el único objetivo de desarrollo de la ciudad, pero es, o debería ser, uno de ellos.
La pólvora la inventaron los chinos. Y España está repleta de soluciones de movilidad vertical mecanizada. Y en esto, como en tantas otras cosas, Cuenca demuestra que es la excepción a la regla, y somos incapaces, una vez más, de hacer lo que otros han hecho hasta la saciedad demostrando sobradamente su utilidad. Con el agravante de que, si hay una ciudad que necesita los remontes mecánicos de verdad esa es Cuenca. Porque la ciudad es pequeña, y su caso antiguo más pequeño aún, y está especialmente empinado.
Ferrari sin gasolina. Carece de sentido por otra parte que rechazáramos el regalo de un coche (el 80 por ciento de su coste para ser más exactos) por no querer gastar en la gasolina (mantenimiento de los ascensores). Pero es que, además, el 20 por ciento restante tampoco hay que pagarlo con el presupuesto ordinario del Ayuntamiento. Porque estamos hablando del casco antiguo, territorio del Real Patronato, de modo que no es descabellado que lo que falta lo pague el Consorcio, cuyos fondos lo son para sufragar la conservación de lo que es, y así ha sido declarado, Patrimonio de la Humanidad, y no hay mejor protección y conservación que hacer el casco habitable.
La solución no está en los autobuses lanzadera. Si lo estuviera no estaría España llena de soluciones mecanizadas. Y en Cuenca, precisamente donde el alcalde no sabe si tendrá dinero para pagar el mantenimiento de unos ascensores que recibe a coste cero, menos lo tendremos para financiar con el presupuesto municipal lanzaderas de alta frecuencia y por tanto alto coste, que podrían ser, en el mejor de los casos, un complemento a los remontes mecánicos.
Será por proyectos. A día de la fecha lo que sobran son proyectos, aunque también es cierto que lo que abunda no daña. Tenemos el más reciente, realizado por arquitectos conquenses en torno a la marca "Cuenca In", que prevé cuatro ascensores, de uno de los cuales, además, constaban en el Ayuntamiento dos proyectos más, redactados y visados.
Además de proyectos, ya teníamos en Cuenca planes aprobados, y es así que el Plan Especial de Casco Antiguo y sus Hoces (PECA) ya preveía el modelo de ascensores y/o escaleras mecánicas en tramos parciales para salvar el importante desnivel a nuestro casco. Y a mayor abundamiento, técnicos de nuestro Ayuntamiento, reunidos para redactar el Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS), consideran de máxima prioridad las escaleras mecánicas al barrio de San Martín. Otro proyecto.
Pero eso no es todo, porque esos mismos técnicos consideran también prioritario hacer los ascensores propuestos por "Cuenca In", que a su vez, y en parte, ya estaban previstos en el PECA. Lo sé, esto empieza a parecerse a una película de los hermanos Marx, pero sin las risas, porque tiene poca gracia que hayamos perdido ya 7 millones de euros del total de 12 inicialmente previstos para los cuatro ascensores.
Y en definitiva, en el panel de 60 medidas del PMUS, los remontes mecánicos tienen una valoración de tres y cuatro en una escala de cero a cuatro, y no debemos olvidar que la prioridad fundamental, en un Ayuntamiento corto de fondos como el nuestro, la establece la disponibilidad de los mismos, y para esto si hay, que lo pone la Junta de Comunidades mediante fondos europeos para el fomento del turismo.
El responsable, el alcalde. El poder conlleva prerrogativas, pero ante todo implica responsabilidades. El responsable de que no se pierdan los más de cinco millones de euros disponibles, el responsable de que se solucione de una vez por todas la barrera invisible que divide la ciudad en dos, el responsable de hacer lo necesario para frenar la despoblación del casco antiguo y fomentar el turismo como fuente de riqueza es el alcalde. La ciudad lo necesita, tenemos proyectos y tenemos financiación, y como concejal del Ayuntamiento de Cuenca, exijo al alcalde que cumpla con su responsabilidad.
Y precisamente porque este no es el único problema de la ciudad, vamos a solucionarlo de una vez por todas, y sigamos con el resto.
Jesús Neira Guzmán, concejal socialista del Ayuntamiento de Cuenca