El tiempo de Román se ha acabado
La ciudad de Guadalajara no tiene presupuesto para 2019. Antonio Román no ha sido capaz de sacarlo adelante. Si la ciudad, con presupuesto aprobado anualmente, tiene las carencias que cualquiera puede ver con pasearse por ella, no quiero imaginarme lo que puede ser con un presupuesto prorrogado.
Ante este hecho, Antonio Román ha optado por la victimización. Quiere culpabilizar a los grupos de la oposición de su fracaso. Los grupos no jugaron a decir que apoyarían el presupuesto para no aprobarlo en el último segundo. Aquí no. Aquí se le dijo a Román desde el principio que ese presupuesto no. Que esas cuentas situadas en el género de la ciencia ficción, no. Que un presupuesto que no materializa ninguna solución a las necesidades reales de los guadalajareños en materias como el empleo, el apoyo a las familias o la modernización de la ciudad no iba a obtener su apoyo. Román prefirió no negociar. Siguió adelante aun sabiendo que su decisión perjudicaba a la ciudad. Ahí está el resultado.
Guadalajara no tiene presupuesto para 2019. Claro que, tenerlo tampoco habría mejorado mucho la situación si se hubiese aprobado el que proponía Román. Menos dinero para servicios sociales o empleo, menos dinero para transformar la ciudad, menos dinero para crear más oportunidades para sus vecinas y vecinos. Y todo esto aderezado con una deficiente ejecución presupuestaria en los ejercicios anteriores. Presentar presupuestos poco ambiciosos y encima no cumplirlos es ya el culmen de la ineficacia y es una constante en los últimos años.
Sin ir más lejos, del presupuesto del año pasado apenas se ejecutó el 60 por ciento de la partida consignada a ayudas sociales, al igual que en la de políticas de empleo. Dos de las necesidades básicas de las vecinas y vecinos de Guadalajara sin cubrir, y no ya por falta de presupuesto, si no por no gastar, por no hacer. Tremendo.
En la actualidad, el Ayuntamiento funciona con el presupuesto prorrogado de 2018 por decreto de Alcaldía. Funciona también con un alcalde prorrogado, con un estilo de gestión desmotivador. Lo peor es que perjudica a las vecinas y vecinos de Guadalajara, que necesitan y esperan soluciones de su Ayuntamiento que no llegarán.
El rechazo a los presupuestos de Román es la evidencia definitiva de que su tiempo se ha acabado, yo creo que afortunadamente para Guadalajara y sus vecinas y vecinos. Ahora nos toca construir con tu ayuda un nuevo tiempo para esta ciudad.
Alberto Rojo Blas es candidato a la Alcaldía de Guadalajara por el PSOE