Cuenca se hunde
Esta semana en nuestra capital se producía una auténtica tragedia. Una parte del muro de la calle de los Canónigos se derrumbaba el pasado miércoles. Lo más importante del suceso es que no ha habido que lamentar daños humanos, heridos e incluso muertes, que podían haberse producido si, por ejemplo, los operarios hubieran estado trabajando en el momento en el que las rocas se desprendieron. Resulta completamente injustificable que una ciudad Patrimonio de la Humanidad protagonice y sea noticia, incluso nacional, única y exclusivamente por un triste acontecimiento como éste, es decir, un deterioro muy importante de nuestro legado y, consecuentemente, el cierre del mayor atractivo que tiene la capital de cara al turismo, el paseo desde el Puente de San Pablo a las Casas Colgadas.
Han sido numerosos los cargos políticos del Partido Socialista de Cuenca, y en variadas ocasiones, quienes se han burlado de la ingente labor que, desde la Diputación de Cuenca en los años que tuve el honor de presidirla, hicimos para rehabilitar y conservar nuestro Patrimonio. Desde julio de 2011 hasta el mismo mes de 2019, fecha en que dejé este cargo, uno de mis principales objetivos fue el poner en valor todo lo que el presupuesto y las fuerzas me permitieran de nuestra extensa y maravillosa provincia. A mi lado, mi equipo de diputados y un gran número de alcaldes que no solo comprendieron este empeño, sino que agradecieron que, por fin, una institución se comprometiera no sólo a guiarles y ayudarles económicamente a conservar su legado, sino que sirviera de intermediaria, también, ante la Junta y el Gobierno Central para exigirles que contribuyeran en esta noble labor.
Voy a recordar, sobre todo a aquellos políticos socialistas, los que pisan Madrid, Toledo y despachos varios en nuestra capital, tanto del Ayuntamiento como de la Diputación, que rehabilitar patrimonio se traduce en contar con arqueólogos, arquitectos, albañiles, electricistas o fontaneros, todo ello con la compra del material necesario, para, una vez finalizada la obra, añadir ese monumento a la oferta turística de nuestra provincia y para su uso y disfrute de los vecinos. Nosotros no invertimos en piedras. Esta es la profunda y meditada frase, acuñada por el eminente portavoz del grupo socialista de la institución provincial durante la legislatura pasada, que sus compañeros, los actuales gobernantes, también desde una gran profundidad intelectual han heredado y que repiten sin rubor donde haga falta.
Que no se ocupan de Cuenca y su provincia es evidente y que no invierten ni en piedras, ni en carreteras, en mantener nuestro tren regional, en autobuses, consultorios o en la mejora de conexiones a internet, por citar solo unos ejemplos, también. Anuncios y anuncios de proyectos, vendidos y recordados cada pocas semanas, con visita estelar de Page a Cuenca, y con la posterior comilona a cargo del dinero público de los contribuyente, eso que no falte. Mientras tanto, cierra Gamesa en la capital o Iberopinar se queda en un pobre intento de explotar nuestros recursos resineros, con 8 de los 200 trabajadores que prometieron. ¿Para qué rendir cuentas? ¿Para qué depurar responsabilidades? La estrategia del engaño sigue su curso.
Pero la realidad es tozuda y, esta semana, el Psoe de Cuenca ha recibido una gran dosis. Parece que el muro de la calle Canónigos aún no se había enterado de que gobernando los socialistas España, la Junta, la Diputación y el Ayuntamiento a todos nos va mucho mejor y que, por esa regla de tres, en este caso de cuatro, no debía de haberse derrumbado. La culpa no la tiene nadie, parece ser. Ni el Ayuntamiento, ni la Diputación, ni la Junta, ni el Gobierno de España, cuyos representantes aparecían al día siguiente en una foto, como integrantes del Consorcio, recuerdo que tenemos un Consorcio donde se evidencia la gran labor que están realizando estas cuatro administraciones, lamentando lo ocurrido y asegurando soluciones. Pero repito y reitero para que quede claro, nadie de los actuales gobernantes socialistas ha asumido, ni asumirá, seguro, la culpabilidad de este desastre.
Sucesos como el del muro de los Canónigos seguirán ocurriendo, desgraciadamente, si los socialistas continúan sin mostrar ni un ápice de sensibilidad con nuestro patrimonio y sin invertir en piedras. Por cierto, la foto de dos senadores, una diputada nacional y una concejala todos socialistas en las afueras del Convento de los Dominicos de Villaescusa de Haro no cuenta como redención de los atentados constantes de los representantes de este partido contra las inversiones en nuestro Patrimonio. La pose de estos cuatro cargos no pasa de ser un patético intento de lavado de cara, una reacción infantil al derrumbe del muro de la calle Canónigos. ¿De verdad se creen que van a engañar a alguien? ¿A estas alturas piensan que los villaescuseros y toda la provincia no saben quien ha luchado realmente por recuperar ese monumento y donde y cuando se gestaron las inversiones que lo están permitiendo?
Cuenca se hunde y el Psoe es ejecutor y cómplice de esta situación. Tres años en el Gobierno de España, seis en la Junta de Comunidades, dos en la Diputación y otros dos en el Ayuntamiento de Cuenca evidencian esta circunstancia. Quizás ahora se enteren, quizás ahora escuchen el estruendo de las rocas de un muro cayéndose hacia el abismo…
Benjamín Prieto es presidente del Partido Popular de Cuenca y diputado regional en las Cortes de Castilla-La Mancha