Suspenso, suspensa y suspense
Y aunque Francia haya prohibido oficialmente el lenguaje inclusivo en la escuela, en palabras de su ministro, por considerarlo «un obstáculo para la lectura y la comprensión de la escritura», su transpirenaica vecina, no sólo es inclusiva, sino que inclusive, va más allá en el uso del lenguaje inclusivo, porque el Español si quiere, y aunque no quiera, en un “quiero y no puedo” no tendrá más “remedio”, si nadie lo “remedia”, del uso del lenguaje correcto que “remedie” tan execrable falta a aquel que no usa del uso que otro use.
Y hablando de escuela, lectura y comprensión, no podemos evitar, en este final de curso y planificación del siguiente, del uso correcto del suspenso, suspensa y suspense, pero también de los sobresalientes y sobresalientas.
En primer lugar un gran suspenso a nuestros políticos por no haber sido capaces de alcanzar un acuerdo de Estado en Educación vertebrador que de perdurabilidad a nuestro sistema educativo ajeno a los vaivenes y cambios políticos que nos ha llevado a tener con la “no nata” LOCE, cuatro leyes educativas distintas en veinte años.
En segundo lugar, el suspense educativo al que nuestro Ministerio nos tiene acostumbrado no sólo en cuanto al desarrollo de la LOMLOE, siendo su última versión el nuevo Real Decreto de Currículo, y ocurrencias de acceso varias, de las que nos vamos enterando titular a titular, también la suspensa de la inclusión en el cuerpo de Secundaria de miles de docentes de Formación Profesional esperando a ingresar en el cuerpo de Secundaria y especialmente al suspense, más que suspense, terror, con suspenso incluido por su falta de previsión y soluciones, para aquellos sin posibilidad de cursar estudios superiores o de grado medio, muchos por su inexistencia.
Suspense también en cuanto a la conformación de las plantillas para el próximo curso escolar que han dejado al albur de las comunidades autónomas, sus casuísticas y necesidades cuando todos saben y sabemos que nos resta tiempo conviviendo con el COVID y que el mantenimiento de la llamadas plantillas COVID no sólo son aconsejables sino necesarias. Aprovechar esta situación para esquilmar plantillas orgánicas o reducir las funcionales se merecería algo más que un suspenso.
Por eso también hay sobresalientes y sobresalientas, en argot taurino o del mundo del espectáculo, la persona destinada a suplir la falta o ausencia de otra, nuestros docentes con mayúsculas, que si tuviesen que titular se merecían matrícula de honor, incluso si me apura, o sin que nadie me apure y esta vez sin apuro, dedicaría un sobresaliento a nuestros alumnos y familias.
Por si acaso, feliz “suspensa” de actividades lectivas, y hasta septiembre con el “suspense” de aprobar el “suspenso”, que no hace falta destrozar nuestra gramática.
Satur Acosta. ANPE