Con ironía
La verdad es que el tema que voy a tratar es lo suficientemente importante para no tratarlo con ironía, pero si no lo haces así, acabas, si no mal, con mal sabor de boca, porque la sociedad que tenemos es la que es, y por una u otra circunstancia tenemos que vivir en convivencia, aunque esa convivencia, a veces, resulte difícil, y exijamos el oro y el moro, y esa exigencia no se corresponda con lo que cada cual deba aportar, ya que exigir está bien, pero ante la exigencia también se debe corresponder con hechos, y hechos de verdad, no siendo hipócritas, que se lleva mucho en los momentos actuales, sí, yo exijo, pero no doy, a mí que me den, y el que venga detrás que arree.
Viene todo esto a cuento del Decreto del gobierno para el ahorro de energía, un bien, que hoy día es muy necesario para la economía, y que es tarea de todos, no solamente del gobierno, si no se colabora luego vendrán las quejas de, hay si llevaban razón, y veinte mil historias más, y digo que este tema le voy a tratar con cierta ironía porque es muy triste ver lo que cada día se ve, y ya no lo que te cuenten en la televisión y en los otros medios de comunicación; que si sale una señora en televisión que no necesita hielo se lleve una bolsa, y si no hay para el que lo necesita que se las apañe ¡viva la solidaridad!, o a quien se le ocurre regar todo el edificio, y que si el agua escasea, dice que él la paga, o quien dice que Pedro Sánchez no se va a meter en su casa este invierno, y que ella llenará su depósito de gas-oíl, y no ha caído en la cuenta de que si escasea el gas- oíl se puede encontrar que no se lo sirvan, y esté a verlas venir ¡otra que tal cual! y así es la solidaridad. Lo primero yo, después yo, y siempre yo. Es para pensarlo.
Pedro Sánchez es el culpable de todo, es el lobo, la fiera, y solamente quiere mantenerse en el poder, los otros, los demás, somos los corderos, a los que nos trata mal porque “disfruta”, y a los que hay que dar de todo, y si no lo hace es la maldad en persona, somos los pobrecitos, y a los ricos hay que bajarles los impuestos, y que los que menos tienen, como siempre, sean los que paguen la fiesta, y ellos se lo coman con tranquilidad, esos son ricos y la gente patriota, los que quieren a España, pero la quieren para ellos, sin compartirla, y a esto les acompañan quienes están pendientes de a ver que me dan, si me dan que bien.
Se ataca sin piedad a ese Pedro Sánchez que es el malo de la película, y ahora, si hay que poner la calefacción a diecinueve grados, o en el verano a veintisiete o veinticinco, según proceda, nadie se acuerda de que esto procede del Decreto 486/1997 de la época de Aznar, y que ahora las circunstancias han hecho que se lleve a cabo, pero no, Aznar era ese de la España va bien, y de la guerra de Irak, era un bendito ¡no hombre no! ese lo hizo y estaba bien, ¡como echar la culpa a un tipo que ponía los pies en la mesa del presidente de Estados Unidos! ¡sin palabras! de todo el culpable es Pedro Sánchez, un presidente que está más valorado fuera de España que en su mismo país.
Como país, los habitantes somos lo que somos, y tenemos los gobiernos que votamos, y la oportunidad de cambiarlos, para eso está la democracia, pero también debemos aportar, arrimar el hombro, y no hacer de la crítica fácil todo nuestro bagaje, cuando esto ocurre, nosotros mismos, no solamente devaluamos al gobierno, si no que devaluamos la democracia, y nos devaluamos como país, un país que solo critica pero que no aporta, es un país al que le falta algo.
El Decreto para ahorro de la energía tendrá sus fallos, pues yo no soy un experto en si las medidas son las adecuadas, o no, pero lo que si observo a través de los medios, es que en Europa se están proponiendo medidas similares, y que Pedro Sánchez está un día sí, y otro también, intentando lo mejor para los ciudadanos, y para ello lucha en la Unión Europea para adoptar las medidas más apropiadas.
El Plural: “Bruselas aplaude las medidas energéticas de España y apunta a que contribuyen a los objetivos de la UE”. Así se escribe la historia.
Para terminar, recuerdo cuando se aprobó la ley antitabaco de Zapatero, la cantidad de historias que se contaban, que si se van arruinar los hosteleros, que se van a cerrar muchos negocios de hostelería, y el gallito de turno que se dedicó a desafiar la ley, y que bien ahora que se puede entrar a un bar, y que los camareros pueden respirar mejor, y los usuarios no salgamos con la ropa que huele a humo; ahora pasa algo parecido con el Decreto sobre la energía, y el mundo no se terminó, ni ahora se va a terminar, y desde luego, que no sé de dónde se sacaron, y se sacan esas estadísticas que hablaban y hablan de ruina. Más colaboración, menos hipocresía, menos alarmismo y más solidaridad.
Alberto González González