Gilitos Deluxe
Se está restando al gran público de Castilla-La Mancha un espectáculo que merece honores de prime time. La muestra se representa cada semana en las Cortes de Castilla-La Mancha y es digna de retransmisión televisiva. Un espacio que en absoluto va a defraudar a la audiencia, y que cuenta con argumentos e intérpretes muy parecidos a los que se programan habitualmente en las cadenas de Mediaset. La exhibición en este caso se ofrece desde el toledano convento de San Gil y, aunque lamentable, puede resultar igualmente primorosa para los espectadores. El último capítulo de la serie se escribió durante el pleno de la pasada semana.
Una bronca parlamentaria, otra más, entre el presidente de la Institución, el socialista Jesús Fernández Vaquero, y la portavoz del PP, Ana Guarinos, suscitó la contienda. La alcarreña pretendió hablar sobre el conflicto catalán, cuando se debatía sobre déficit público, lo que la supuso varias llamadas al orden del presidente de las Cortes autonómicas. Ante el nulo interés mostrado por la parlamentaria popular para acatar la orden, Fernández Vaquero acabó retirándola la palabra. La actitud presidencial, a falta de otro medio de protesta, fue contestada de inmediato con el abandono de la sala de todos los miembros de la bancada popular, para luego irse a despotricar en sala de prensa cada partido por su cuenta.
No es las primera vez que se produce semejante sainete en las Cortes de Castilla-La Mancha. Un lamentable espectáculo que debería ser aprovechado, ahora que está elevando su audiencia, por nuestra televisión autonómica para programar el reality en horario estelar, ante el reiterado interés de los protagonistas por ofrecer esta clase de espectáculo. Actores, guionistas, decorado, y secundarios salen gratis- a CMM me refiero- y el espacio escénico resulta tan lírico como el de cualquier programa del corazón. Sustituir a María Patiño, Kiko Matamoros, Mila Ximénez y Belén Esteban por Ana Guarinos, José Luis Martínez Guijarro, Blanca Fernández o David Llorente apenas sería advertido por audiencia. Tampoco que Jesús Fernández Vaquero hiciera las veces de Jorge Javier.
Al elenco artístico de las Cortes de Castilla-La Mancha podía unirse el público desde su casa. Los espectadores podrían así votar vía SMS o telefónica todas las leyes o propuestas que se debatan en tribuna parlamentaria. Sin duda, el mayor ejemplo de participación democrática conocido entre la ciudadanía, y que perfectamente podría extenderse al resto de púlpitos institucionales. Mientras, algunos políticos bien podían acudir a presentarse en castings para una posible contratación en programas de variedades mejor que exhibirse en tribuna parlamentaria.