Pasito a pasito
Ignoro los gustos musicales de la consejera de Bienestar Social de Castilla-La Mancha, Aurelia Sánchez, pero escuchándola en púlpito institucional dando explicaciones sobre las 122 instalaciones incluidas en el Plan de Infraestructuras Sociales que quedaron paralizadas por las crisis me recordó de inmediato al cantante Luis Fonsi y su celebrado éxito “Despacito”. Aunque sin la cadencia que exhibe el puertorriqueño cada vez que interpreta el mayor hit de su carrera musical, la titular de Bienestar Social vino a decir sobre la apertura y funcionamiento de estas instalaciones algo así como, “pasito a pasito, suave suavecito”. Aunque a la arenga tan sólo la faltó poner música, la composición debió sonar celestial a oídos de la consejera y sus tiraboleiros.
Es evidente que la crisis ha tenido un impacto devastador en las cuentas públicas de todas las comunidades autónomas de este país. Unos gobiernos responsables del gasto ligado a los servicios públicos fundamentales, donde Castilla-La Mancha figura entre las más afectadas y han sido mayores los recortes. Unas diferencias territoriales, según un estudio de la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), que sitúan a nuestra región entre las que menos dinero destina a Sanidad, Educación y Protección Social. Frente a esta lamentable realidad, a modo de solución, el Gobierno regional no deja de divulgar planes para todo y contrataciones de personal para su funcionamiento específico. Más de 4.000 sólo para infraestructuras sociales. Anuncios en definitiva sin presupuesto que tan sólo hacen crispar aún más a una población que figura entre la que mayor déficit tiene de este tipo de servicios en todo el país.
A pesar de ello, nos tenemos que consolar con que el gobierno de esta región cuente con una consejera de Bienestar Social que no olvida la lamentable situación de sus servicios sociales, a los que tiene “siempre en el pensamiento” y prevista la “apertura escalonada” de todos ellos. Un designio que por ahora tan sólo faculta adjudicar partidas presupuestarias, como la del Hospitalito del Rey en Toledo, que permiten pocas alegrías. Escalonado o en el pensamiento, es lo mismo cuando no se sabe que decir, hacer, o aducir ante las cuestiones comprometidas que demanda una ciudadanía cada vez más afectada.