A falta de partido, bueno es el candidato
Sostiene el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que ahora los ciudadanos cuando acuden a las urnas lo hacen más bien atraídos por el candidato que por el partido que lo sustenta. Una circunstancia que el socialista ha advertido con suficiente antelación, si hacemos caso del estado actual de su formación. Aún cuando en su caso no es que ostente el cargo por la determinación mayoritaria de los votantes en la región, las siglas del PSOE son ahora un nulo valor añadido a cualquier aspirante que se presenta bajo sus iniciales conforme a todas las encuestas conocidas. El bipartidismo tradicional protagonizado hasta ahora por el PP y PSOE se hunde ya por debajo del 50 por ciento de los votos en su conjunto.
En el caso del PSOE, son varios los males que influyen en su decaimiento actual sin que su secretario general, Pedro Sánchez, haya sido capaz hasta ahora estimularlo y aportar el liderazgo necesario para sacar a la formación del impasse por la que atraviesa. Una renovación que no acaba de convencer al ciudadano, para convertir al partido socialista en mero actor secundario de la escena política actual. Un hundimiento histórico, también del PP, que está facilitando el auge de las nuevas formaciones.
Con este panorama de desmovilización, desencanto, y pesimismo por el que atraviesa el PSOE se enfrenta el presidente de Castilla-La Mancha y previsible candidato socialista en las elecciones autonómicas del próximo mes de mayo. Hace bien García-Page en tan solo abogar a su gestión al frente del gobierno autonómico como mejor credencial ante los ciudadanos de esta tierra para valorar su mandato. Muy poco o nada puede aportarle la formación que representa, incapaz ahora de estimular a sus bases, de aprovechar el hundimiento del PP, y de evitar la corpulencia progresiva que van adquiriendo otros partidos a su costa.
Aunque ignoramos si tales credenciales serán suficientes para renovar el cargo- incluso con Cospedal en la disputa: "su vuelta me da votos", manifestó recientemente- Emiliano García-Page debería ahora pensar en no ser arrastrado por la decadencia de su propio partido a nivel nacional. Una circunstancia cierta que bien podía otorgarle un papel secundario en la formación del futuro gobierno de esta tierra. Más verosímil ahora que nunca.