El Pasante

El interminable fracaso del aeropuerto de Ciudad Real

3 julio, 2018 00:00

Inversores de solvencia y millones a espuertas (entiéndase amiguetes del gobierno regional de turno); músculo financiero solvente (de entidad financiera controlada por aquellos y posteriormente en quiebra); miles de puestos de trabajo… La cantinela habitual de la administración y de unos políticos ávidos y rendidos ante proyectos tan luminosos.  El aeropuerto de Ciudad Real, desde que en 2010 fue declarado en concurso necesario con un pasivo de 400 millones de euros tras ser intervenida CCM, escribe cada día un lamentable capitulo de lo que se ha convertido en el mayor y más sonado fracaso de la historia reciente de Castilla-La Mancha y sus administradores políticos.

El inacabable fiasco del proyecto aeroportuario y adyacentes complejos de ocio y juego por excelencia de esta tierra no deja de sorprendernos cada día. En la lista de morosos con Hacienda hecha pública la pasada semana aparece -lo cual no debe extrañar a nadie- la deuda contraída por Aeropuerto de Ciudad Real con el fisco por un importe superior a los siete millones de euros. En la misma relación de maulas de este país también figura con una deuda de 13,5 millones la compañía administrada por el supuesto comprador, a través de la sociedad CR International Airport, de la instalación ciudadrealeña, Rafael Gómez Arribas. Un adquisidor que, tras sucesivos aplazamientos y variopintas justificaciones, no ha conseguido aún aportar la cantidad comprometida con el juez para hacerse definitivamente con la instalación aeroportuaria.

No ha sido el único proyecto fallido en este país, generalmente anunciados con idéntica algarabía de inversión, desarrollo y empleo. Ahí están, entre otros, el desierto de Los Monegros, Eurovegas, en Alcorcón (Madrid), BCN World, en Tarragona, muy cerca de Port Aventura, o Aluchina, en la localidad madrileña de Aluche, donde el grupo Wanda pretendía también montar su particular Eurovegas. Una larga lista de fracasos en este país en torno al juego y al ocio que se anuncian  bajo el paradigma del desarrollo económico y social del territorio que les acoge. Unos proyectos faraónicos que generalmente cuentan con el aplauso y aceptación de las autoridades competentes, como en su día lo tuvo el aeropuerto de Ciudad Real.

El próximo 19 de julio vence el plazo dado por el juez para que el supuesto comprador de las instalaciones ciudadrealeñas haga efectivos los más de 50 millones comprometidos para su compra o, en caso contrario, iniciar el juzgado de instrucción un nuevo proceso de venta. Quedamos expectantes de lo que pueda ocurrir en fecha tan señalada. Sin embargo, sospecho que el desenlace del nuevo capítulo que nos ofrezca Gómez Arribas no defraudará a nadie por el ingenio propio del ventajista que ya nos tiene acostumbrado. Eso, o que el juez Carmelo Ordoñez se dé cuenta de una vez del sujeto con el que está tratando.