Un tiro por la culata
Teresa Ribera, una ministra de Transición Ecológica absolutamente desconocida por los ciudadanos si hacemos caso -ahora es mucho creer- de las encuestas del CIS, saltaba a la fama hace apenas unas semanas al asegurar que “el diésel tiene los días contados”. Unas desafortunadas manifestaciones contra una industria, lo quieran o no nuestros gobernantes, que representa el 10 por ciento del PIB nacional, da empleo a 200.000 trabajadores directa o indirectamente, supone el 22 de las exportaciones españolas, y reporta 23.000 millones de euros anuales a las arcas del Estado. Pero sobre todo porque España produce mayoritariamente vehículos diésel en sus factorías, lo que hace peligrar el futuro de este sector industrial tan importante por la alarma social creada por tan imprudente como desinformada ministra.
Cuando parecía olvidada la fechoría de Ribera, la perspicaz ambientalista vuelve de nuevo a la carga por cuenta ajena y reivindica ahora la prohibición de los toros y la caza en España. Naturalmente, ante el desaguisado provocado, a la ministra Ribera la faltó el tiempo para matizar horas después que la declaración, como otras tantas, era a título personal. Un desatino echado en cara por sus propios compañeros de partido, especialmente desde Extremadura, donde tanto el Gobierno regional, partidos políticos, organizaciones agrarias, y federaciones de caza criticaron las lamentables manifestaciones de la ministra de Transición Ecológica.
También en Castilla-La Mancha el rechazo fue unánime por parte de las dos fuerzas políticas principales. Un sector cinegético que genera cada temporada puestos de trabajo, miles de jornales, fijan su población, aportan al PIB regional más de 350 millones de euros, además de otros cerca de 60 a través de diferentes impuestos y gravámenes. Sin embargo, se echó en falta el apoyo del PSOE regional a la tauromaquia, también vilipendiada por tan sagaz ministra, aunque en este caso cabía el riesgo de enfrentarse a la dialéctica nacional de los socios separatistas y de extrema izquierda del Gobierno Sánchez en contra del sector. Otro compartimento económico en Castilla-La Mancha igualmente notable tanto por el número de ganaderías, cosos y escuelas taurinas, y festejos celebrados.
Cuando los ministros del Gobierno de Pedro Sánchez hablan en público no se sabe si lo hacen como miembros del Ejecutivo, emitiendo opiniones personales, predicando en el desierto, o chismorreando en patio de vecindad. Sucedió hace poco también con el propio presidente del Gobierno cuando manifestó que, por él, suprimiría en la Constitución la inviolabilidad del Rey, para a las pocas horas el ministro de Fomento y Secretario General de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, rectificar y manifestar que se trataba de una opinión personal. Nos encontramos ante una Administración que gobierna a golpe de ocurrencias, que opinan sin criterio sus dirigentes, incluso de forma temeraria, y que en absoluto reparan cuando lanzan tamañas locuacidades. Un daño que no se pueden permitir el Estado y las comunidades autónomas.