El timo de las listas de espera
Anda el Gobierno de Castilla-La Mancha -este y los anteriores- presumiendo de que recorta cada vez más las listas de espera sanitarias y quirúrgicas. Esta misma semana la directora gerente del SESCAM, Regina Leal, anunciaba que las de la región se han visto reducidas en 2018 en 5.065 pacientes respecto a diciembre del año anterior. Un descenso que, no obstante, todavía mantiene a la espera de ser llamado por un hospital para intervención quirúrgica, prueba diagnóstica, o consulta especializada a un total de 88.470 castellano manchegos, según la directora del SESCAM.
Unas cifras -“cocinadas” para el PP- que contradicen igualmente las facilitadas por otros organismos, como CCOO, que sitúan a Castilla-La Mancha como la región española en la que sus pacientes tienen que aguardar más tiempo para poder efectuarse una intervención quirúrgica. Una espera para operarse en el Sistema Nacional de Salud que para el Ministerio de Sanidad era en Castilla-La Mancha de 137 días al término del primer semestre del pasado año, tan solo por detrás de Canarias.
La realidad es tozuda y de esos polvos vienen estos lodos. Mientras, ante listas de espera tan prolongadas, el seguro de salud en España hace caja y crece cada año a doble dígito. Ya son cerca de ocho millones de personas en este país las que se han decantado por la sanidad privada, sin contar con el 80 por ciento de los funcionarios públicos que, al poder elegir, también la prefieren.
Listas de espera hasta la eternidad son las que están sufriendo los ciudadanos de esta región, a pesar de lo que nos quieran hacer creer los políticos de turno. Víctimas pacientes de una guerra de cifras más conveniente para el Gobierno que las anuncia. Unos datos siempre confusos de los que depende el bienestar de muchos castellano manchegos cuyo derecho a la sanidad, teóricamente garantizada por la Constitución, se vulnera por norma al ser incapaz el sistema de absorber en tiempo toda la demanda. Un proceso en crisis permanente que de seguir como hasta ahora continuará empeorando cada vez más. Un sistema de salud en Castilla-La Mancha en riesgo de caer en un ciclo de permanente mediocridad, que ya el pasado año registró 749 denuncias por negligencias médicas, según la asociación del Defensor del Paciente.