Andrés Gómez Mora, un olivicultor a titulo ejemplar
La pasada semana, la Denominación de Origen Aceite Montes de Toledo anunciaba, entre otras renovaciones, el cambio de presidente de su patronato nombrando a Gregorio Gómez –todo un experto del sector del aceite de oliva, miembro de distintas organizaciones oleícolas y cooperativas, y vicepresidente de Eurocaja Rural- en sustitución de Andrés Gómez Mora. La noticia se despachaba con un breve comunicado de prensa que en absoluto hacia justicia y reconocimiento a la labor desarrollada por la persona que desde hace más de 20 años ha venido rigiendo los destinos de esta DO, la primera en Castilla-La Mancha encargada de promocionar y vigilar la calidad de sus aceites.
Gómez Mora ha sido pieza fundamental para el desarrollo y rendimiento que Montes de Toledo ha aportado a miles de olivareros, y decenas de sociedades de las 120 localidades de las provincias de Toledo y Ciudad Real que integran esta DO castellano manchega. Cooperativas y almazaras acostumbradas hasta ese momento a vender sus aceites al corredor de turno, a cualquier precio, y donde la utilidad de su valor añadido se quedaba en otras manos. Un sello de garantía que ha posibilitado poner en valor un producto de calidad, además de promocionarle internacionalmente en las ferias donde acude. Unos aceites de oliva que merecen generales elogios, y que ya son frecuentes los premios y distinciones cosechados en cuantos concursos se presentan. Una labor de promoción y desarrollo que incluye sus prestigiosos premios “Cornicabra”, convocados por Montes de Toledo y que han servido para estimular comercialmente las marcas premiadas en cada edición.
Andrés Gómez Mora ha dedicado toda su vida a la olivicultura y a impulsar un sector económico de primer orden para la economía regional y la de tantos castellano manchegos. Una encomiable entrega que le valió el reconocimiento de Hijo Predilecto de Castilla-La Mancha concedido por el Gobierno de la Comunidad por su contribución al desarrollo cooperativo y del sector oleícola de esta tierra. Una sabiduría y experiencia que seguirá aportando en su nueva condición de patrono de Montes de Toledo. También en su cooperativa moracha, Nuestra Señora de la Antigua, que preside desde hace bastantes años y en la que se integró como socio en edad bien temprana. Una sociedad fundada en 1963, con unos 800 socios en la actualidad, y que hoy es por su excelencia toda una referencia dentro del sector oleícola nacional. Una cooperativa a la que Gómez Mora, estamos seguros, seguirá aportando su sabiduría y buen hacer. En definitiva, su seña de identidad a lo largo de su vida en cuantos lugares e instituciones ha venido ejerciendo las responsabilidades para las que fue elegido.