Resulta ahora que para que este país tenga Gobierno se necesitan diputados buenos, es decir, de Castilla-La Mancha, con Emiliano García-Page al frente de los ocho parlamentarios que el PSOE ha obtenido en la región en las pasadas elecciones generales. Una propuesta onírica del portavoz de VOX apelando al “PSOE bueno” con el que Iván Espinosa de los Monteros identifica al presidente de Castilla-La Mancha como representante más virtuoso dentro del socialismo de este país. Argumenta el líder de la extrema derecha que Vox no será "obstáculo" para la investidura del líder del Partido Popular como presidente del Gobierno, si Feijóo logra recabar el apoyo de algunos diputados del “PSOE bueno” que le garanticen la mayoría absoluta.
Naturalmente, la proposición ha sido rechazada de inmediato por parte de parlamentarios tan “buenos” que no idiotas. Sergio Gutiérrez, secretario de Organización del PSOE de Castilla-La Mancha y recién elegido diputado, considera la referencia a García-Page por parte del líder de VOX como "una ofensa a los socialistas de Castilla-La Mancha", al pensar siquiera que haya una posibilidad de "intriga" ante semejante propuesta. Es bien distinto "ser críticos en algunas decisiones" del partido y del Gobierno de Pedro Sánchez, como sostiene Gutiérrez, con no ser "demócratas y leales a las normas, y a los españoles que han votado en las urnas y han decidido un camino". Un reproche al que se une el presidente de Castilla-La Mancha que considera a VOX como una formación que habla de "transfuguismos" o de “tamayazos”, y no tiene muy claro "en qué consiste la democracia". García-Page deja bien claro además que Pedro Sánchez es el único interlocutor válido de los socialistas para hablar de la formación del nuevo gobierno.
Antes de lanzar su próxima perorata, no olvide Espinosa de los Monteros que una cosa es ser “bueno” –incluso en política- y otra tonto. Una elemental discrepancia entre los servidores de lo público salvo que el disidente sea estúpido o pretenda hacérselo a los demás.