¿Cómo afronta el albaceteño más querido la crisis independentista catalana?
El albaceteño Andrés Iniesta es uno de los jugadores más queridos y admirados de la Selección Española y uno de los pilares del Barcelona de los últimos años. Los que le conocen saben que no está digiriendo bien el complejo y peligroso proceso que se está llevando a cabo en Cataluña impulsado por los partidos separatistas de aquel territorio español. Iniesta nunca ha querido enfangarse en este asunto y ha tirado balones fuera para no quedar mal ni con Barcelona ni con Madrid, en su habitual línea de discreción en todos los sentidos.
Cuando un periodista catalán quiso malmeter pidiéndole que explicara cómo vive todo esto, lejos de sacarle alguna declaración antiespañolista ni anticatalanista, el internacional de la Selección aseguró que "lo vivo bien, en el sentido de que cuando la gente se expresa con respeto siempre es mejor. Intento estar al margen de los extremos. Vine de un pueblo de Albacete con 12 años y llevo 20 aquí. Mi mujer es de aquí y tengo dos hijos. Mis padres y mi hermana viven aquí. Yo soy manchego, me siento catalán, soy español, y a partir de ahí no soy nadie para decir lo que uno tiene que sentir".
Hay un detalle de estos días que expresa con claridad cuál es su interés en todo esto. Frente a lo que contaba Manolo Lama la noche del domingo sobre que Messi fue quien se opuso a la suspensión del partido del Barça frente a Las Palmas, Francisco Rabadán, en OK Diario, cuenta que fueron Andrés Iniesta y Sergio Busquets “los que hicieron cambiar de idea a Josep María Bartomeu y su junta directiva de cara a dicho encuentro. Los mandatarios culés decidieron de manera unilateral suspender el partido ante el conjunto canario y fueron a comunicarle su decisión a los jugadores azulgranas cuando ya estaban en el vestuario del Camp Nou sin saber lo que allí se iban a encontrar”.
Frente a Iniesta y Busquets , que seguramente abordaban la cuestión desde un punto estrictamente deportivo, se posicionaron Gerard Piqué y Sergi Roberto, ambos votantes en el referéndum ilegal, y que apelaron al orgullo a lo que estaba pasando en las calles para no disputar el encuentro en señal de protesta. “Tras varios minutos de decisión y viendo que la excusa de la falta de seguridad se derrumbaba por la falta de apoyo de los Mossos, Bartomeu se vio obligado a cambiar su criterio temiendo una sanción de La Liga”, explica Rabadán.
El presidente culé abogó entonces por la decisión más salomónica intentando satisfacer a las dos partes enfrentadas. Se produciría el gesto de protesta con el estadio vacío, pero se jugaría el partido ante Las Palmas. Los jugadores acataron las órdenes, aunque realmente ninguna de las dos partes acabó contenta con el resultado y la imagen que dio el club.