Como ya ha contado EL DIGITAL CLM, la satisfacción ha sido generalizada entre la delegación castellano-manchega que ha participado en la 9ª World Bulk Wine Exhibition (WBWE), el mayor encuentro internacional para los grandes volúmenes de vino que el martes se clausuró en Ámsterdam. Una cita que los productores de la región han considerado estratégica e imprescindible por el número de contactos que se establecen. La dirección y responsabilidad de la feria corre a cargo de la empresa ciudadrealeña Pomona Keepers, que una vez más ha demostrado su alta capacidad para la organización de este tipo de eventos.

Todo resultó fantástico y con final feliz. Lo que  no podían imaginar lo miembros de la delegación es lo que les esperaba después de la feria, cuando quisieron regresar a España volando de Ámsterdam a Madrid. El Aeropuerto de Ámsterdam-Schiphol es el más importante de los Países Bajos y uno de los más concurridos de Europa. La delegación española que había acudido a la feria, unas 160 personas de las cuales unas 70 procedían de Castilla-La Mancha, se encontraron con la desagradable sorpresa de que habían suspendido su vuelo de regreso. En el aeropuerto quedaron atrapadas 9.000 personas. A las primeras 800 les pusieron taxi, les alojaron en un hotel de la zona aeroportuaria y les dieron de cenar. Al resto nada de nada. Tuvieron que buscarse la vida por su cuenta y muchos de ellos optaron por volver a Ámsterdam y alojarse en alguno de sus hoteles.

El problema, según unas fuentes, estaba motivado por la huelga de controladores franceses mientras que otras informaciones apuntaban a un mal funcionamiento del radar de aproximación del aeropuerto. Hasta veinticuatro horas después no pudo salir el contingente mayoritario de la delegación castellano-manchega y ayer por la mañana algunos seguían intentando encontrar vuelo para regresar a Madrid.

Una experiencia para contar y que no olvidarán fácilmente, aunque por encima prevalezca la satisfacción del trabajo bien hecho en la  World Bulk Wine Exhibition.