Este año pasado, el 2017, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, marchó a Sigüenza, abrigado hasta los dientes, para grabar el tradicional mensaje navideño. El lugar y la puesta en escena estuvieron muy cuidados, tal como en su día informó EL DIGITAL.

El  frío de aquel hermoso rincón de Guadalajara, dominado por el Doncel y su majestuosa catedral,  ha proporcionado a Page un buen chute de calor político tras conocer que la emisión del mensaje navideño ha sido el de mayor audiencia de la historia de la televisión autonómica.

Su larga alocución, de unos 12 minutos, emitida el día 31 de diciembre a las 14, 00 horas, fue seguida por 59.000 castellano-manchegos. Un 14,9 por ciento de los televisores de la región escuchaban a esa hora al presidente regional.

Pese a  la gran amistad que le une a Page,  su antecesor y mentor en la región, José Bono, podría rebatir celoso y con fundamento este dato, pues en el año 2003, en su último mensaje navideño, el de Salobre cosechó un 16,2 por ciento de la audiencia, con 58.000 seguidores.

¿Donde está pues el secreto para dar la ventaja a Page en el podio de la audiencia? La respuesta es fácil. Desde marzo de 2017 las audiencias se cuentan o miden, además de con los residentes en los hogares, los propietarios, con los visitantes o “cuñados” que dirían en Podemos. Por ello, con la contabilidad actual, Page supera a Bono en 1.000 espectadores.

Cabe pensar que en diciembre de 2003 en muchos hogares también cabría sumar a  los cuñados y otros “seres queridos”. Bien cierto es, pues,  además, en aquellas fechas la tradición era de emitir el mensaje navideño del presidente el día de Nochebuena.

La presidenta María Dolores de Cospedal grabó también su colección de mensajes navideños que se emitieron, en su caso, el día de Navidad, el 25 de diciembre. En su  despedida como presidenta, su registro fue de un 7,2 por ciento de la audiencia, pese a comenzar con un 13,9 en su primera aparición como jefa del Ejecutivo.