¿Quién es el sueco que vive en el pueblo de la región más despoblado de España?
En un magnifico reportaje publicado este fin de semana en ABC nos han descubierto al sueco que se ha quedado a vivir en el pueblo más despoblado de España, Villaseca de Henares, una pequeña localidad de Guadalajara que llegó a tener un millar de habitantes en los años cincuenta y cuya lista de habitantes se ha reducido en la actualidad a 29 empadronados. Entre ellos Lars Lindqvist, un ingeniero sueco retirado de 75 años que se construyó una casa en esta aldea hace una década y en ella se ha quedó a vivir hace tres años todos los días del año.
Villaseca de Henares es el pueblo que proporcionalmente ha perdido más habitantes en los últimos diez años en España, dentro de la zona con mayor pérdida de población. Y aquí es precisamente donde ha fijado su residencia un extranjero que, a diferencia de sus compatriotas u otros europeos del norte, que buscan el sol y la playa de las costas españolas, ha decidido instalarse en el interior, en una zona de la que se van todos dejando paulatinamente un reguero de pueblos abandonados.
Lo suyo, dice el señor Lar (así le conocen en el pueblo), "fue un impulso. Me gusta la naturaleza, me gustan las montañas, me gusta la tranquilidad. Estoy contento de haber elegido esto". Es algo raro en el caso de alguien que ha vivido en algunas de las ciudades más grandes del mundo. Quizá precisamente por eso se ha buscado el retiro en esta tranquila aldea a la que el médico va una vez cada dos semanas, el bar solo abre en verano y el panadero viene de otro pueblo para vender dos o tres barras con tal de que la gente no se vaya.
Y es que la comparación entre el último padrón municipal y el de hace diez años deja a la localidad alcarreña como el municipio que ha perdido más población en términos relativos. Villaseca de Henares está próximo al Parque Natural Barranco del Río Dulce, uno de los enclaves naturales más hermosos de la Península. Como otros muchos pueblos de Guadalajara lucha contra la despoblación, pero sin suerte. Es un problema que preocupa cada vez más y para el que se están buscando soluciones desde todos los estamentos institucionales, aunque sin resultados efectivos por el momento. Hay zonas de Guadalajara cuya densidad de población es de 2 habitantes por kilómetro cuadrado, menos que la inhóspita estepa siberiana. Y la despoblación sigue en aumento.
Lars Lindqvist sabe que es complicado que vengan otros suecos. "Ni siquiera que vengan otros españoles". No hay trabajo. Solo hay cuatro personas ocupadas, tres de ellos agricultores y una mujer, Ana, en la treintena, que salta de trabajo en trabajo en los pueblos de alrededor, cuenta ABC.
"Es un goteo. Uno muere, otro se va con los hijos, hay mayores que se marchan a residencias. Los que nos quedamos nos mantenemos poco a poco", cuenta Rafael Nova, de 63 años, agricultor, ganadero y alcalde de Villaseca de Henares. En su pueblo solo queda un adolescente y ningún niño. No se resignan a ver desaparecer Villaseca de Henares, pero no hay medidas a la vista que puedan impedirlo.