Como ya anunciamos en esta sección de EL DIGITAL CLM, los miembros de la Corporación municipal de la localidad toledana de Esquivias han dado un ejemplo de unidad y colaboración mutua a través de una representación teatral que nos reconcilia con la clase política más próxima al ciudadano, la que componen alcaldes y concejales de nuestros pueblos y ciudades.

El ayuntamiento en pleno de Esquivias, encabezado por la alcaldesa, Milagros del Barrio, de Izquierda Unida, y el resto de concejales de su propio partido, del PSOE y del PP participaron el pasado fin de semana en la representación de una obra de teatro con motivo del aniversario del nombramiento del pueblo como Villa Realenga hace 250 años. En Esquivias, localidad cervantina por excelencia, gobierna Izquierda Unida con seis concejales (ahora uno menos porque una edil abandonó el partido y es la única que no participa en el teatro) y están en la oposición el PP, con seis concejales, y el PSOE, con tres.

La representación, como el nombre de la alcaldesa, ha sido un verdadero milagro. Puede que sea la primera vez en España que concejales de tres partidos políticos distintos hace una obra de teatro juntos a las órdenes de alguien que no es el líder de sus respectivas organizaciones y fuera de la disciplina de las mismas. Un verdadero orgullo para la localidad y sus vecinos, que han visto como sus representantes en el ayuntamiento, sin distinción de colores ideológicos, se han comprometido con una causa cultural y han trabajado unidos para llevarla a cabo.

El resultado ha sido una extraordinaria puesta en escena en la que todos han estado a la altura y han merecido los aplausos entusiastas de un número de espectadores tan grande que casi no cabían en la sala. No era la primera vez que una alcaldesa o un concejal participa en las habituales obras de teatro que se montan y representan en Esquivias, pero nunca antes lo había hecho la Corporación al completo.

Como ya avanzamos la semana pasada, el autor de este logro es también el autor y director de la obra, Jaime García González, esquiveño y cervantista, y sobre todo animador de la cultura de la localidad con las celebradas "Estampas esquiveñas". Jaime había escrito una pieza no muy larga para conmemorar la declaración de Villa Realenga y su intención era que la interpretaran los alumnos del instituto. Al no poder ser se lo propuso a la alcaldesa y a los concejales, que lo acogieron con entusiasmo desde el principio. Los nervios han estado a flor de piel hasta el último momento, pero el esfuerzo, los numerosos días de ensayo y el dejar otros menesteres para preparar la obra han merecido la pena a tenor de los resultados. A ello han contribuido también los actores participantes que no son concejales, que han tenido un papel destacado en el desarrollo de la representación.

El éxito de estos entusiastas concejales es completo, no solo por lo bien que lo han hecho sino por el ejemplo que han dado trabajando juntos por una causa común y sin estar mediatizados por ningún otro interés que no sea el del pueblo y los vecinos a los que representan.