El lunes se firmó el IV Convenio Colectivo de CMMedia, la radio televisión de Castilla-La Mancha, que establece los incrementos salariales y regula las condiciones laborales de las 500 personas que integran su plantilla y que tendrá vigencia hasta el final de 2021, tal como ya ha informado EL DIGITAL CLM.

En apariencia, la importancia del asunto se reduce al ámbito laboral propio de las personas afectadas. Sin embargo es algo más que eso ya que se trata de una de las grandes empresas de la región, aunque de titularidad pública al cien por cien, y la que tiene el cometido de informar, formar y entretener a los castellano-manchegos en su condición de medio audiovisual público en el que los castellano-manchegos nos gastamos más de 40 millones de euros anuales. De ahí que sea importante para todos saber que algo tan esencial en cualquier empresa como es el convenio colectivo está en vigencia y plenamente actualizado en CMMedia.

En cierta forma es otro logro de la actual directora general del ente, Carmen Amores, que ha facilitado la negociación entre la empresa y los representantes de los trabajadores para hacer posible el acuerdo. Cuando Carmen Amores se puso al frente la situación era complicada y extraña, con mucho ruido político y sindical y con los nervios de todos a flor de piel. Tal como comenta alguien que conoce la casa profundamente, el problema era incluso emocional. Había también una negativa proyección nacional.

CMM era un canal autonómico con el estigma de casi todos y un poquito más. En ese contexto cierto de partida, el que ahora se haya firmado el convenio colectivo es, según la misma fuente, "una muy buena noticia". Carmen Amores ha traído -con todos sus aciertos y errores- paz social, reconocimiento y dignidad a la casa. Es la primera vez que han firmado todos los sindicatos el convenio colectivo y durante los últimos años se ha producido un incremento de la audiencia de un 1,8 respecto al índice que se encontró cuando se puso al frente de la Dirección General. Ha ocurrido, además, en un contexto adverso en el que la audiencia se ha fragmentado enormemente.