La Manada o el mundo al revés
Hoy es un día triste para la mitad de la población española. Las mujeres estamos más inseguras porque las leyes han decidido defender a los agresores que nos violan... y nos matan si nos resistimos. Hoy es un día triste porque la formación de los jueces en materia de género es escasa y nadie juzga al juez. Hoy es un día triste porque el mensaje que se lanza nos denigra, se ampara a los depredadores sexuales y produce una doble violación moral de las victimas. Hoy es un día triste porque sentimos como nunca que el camino que tenemos que recorrer es aún muy largo y está repleto de obstáculos que desaniman cuando se intuyen insalvables.
La decisión de la Audiencia de Navarra de poner en libertad, de forma provisional, a los integrantes de "La Manada” no solo ha incendiado la redes -en permanente ebullición desde que saltó la noticia-, sino que ha indignado a una gran parte de la sociedad, especialmente al colectivo de mujeres, seamos feministas o no, y ha provocado una alarma social que podía haberse evitado. Todos ellos fueron condenados a nueve años por un delito de abuso sexual cometido contra una joven de 18 años en los Sanfermines de 2016. El fallo judicial ya sembró la polémica -fueron condenados por abuso y no por violación- y está nueva decisión de la Justicia (aunque los defensores de la misma argumentan que ha sido adoptada porque está a punto de vencer el plazo máximo de dos años estipulado para estar en prisión sin sentencia firme, cosa que es inexacta) supone un grave error y distancia a la justicia de los ciudadanos.
La polémica no solo está servida sino que un importante sector de la justicia entiende que estos salvajes deberían seguir en la cárcel hasta que hubiera una sentencia firme. “Si había riesgo de fuga antes de ser enjuiciados, tras ser condenados éste lejos de disminuir se ve incrementado porque los acusados ya tienen una primera condena que les hace responsables de agredir sexualmente a la joven", se podía leer ayer en los periódicos en boca de algunos expertos en temas jurídicos. No podemos olvidar que los hecho se produjeron de manera brutal: dos de los acusados agarraron a la chica por los brazos y la metieron en el portal, "tapándole la boca y diciéndole que se callara y no gritara", y en un espacio de reducidas dimensiones la rodearon entre los cinco, le bajaron la ropa interior y le obligaron a realizar diferentes actos sexuales con cada uno de ellos, "valiéndose de su superioridad física y numérica" y de la "imposibilidad" de la joven de "ejercer la más mínima resistencia". En concreto, le obligaron al menos a realizar felaciones a los cinco, mientras que también dos de ellos la penetraron vaginalmente, y otro anal y vaginalmente, sin que ninguno usara preservativo, en algunos casos de forma simultánea, "animándose en ocasiones y reclamando su turno", relato en su día el fiscal del caso .
Mientras todo esto ocurría, dos de los acusados, "de común acuerdo con el resto "hicieron vídeos y fotografías con sus teléfonos móviles, con la intención de vulnerar la intimidad de la víctima y posteriormente mostrarlos, enviarlos y difundirlos a su grupo de amigos", algo que no llegaron a hacer pero sí anunciaron en un chat denominado 'La Manada". Esta manada de fieras, como he comentado en otra ocasión, no solo quería atacar a la víctima sino alardear de ello para hacer el acto más repugnante aún . De hecho, uno de ellos envió mensajes de WhatsApp al grupo de sus amigos para relatarles lo que habían hecho. “Follándonos a una entre los cinco. Todo lo que cuente es poco. Puta pasada de viaje”, decía textualmente.
Es verdad que el fallo contra La Manada ha sido recurrido y que , a priori, dos años es el límite de encarcelamiento para una persona que no tiene una condena en firme. Sin embargo, este límite de dos años es para aquellos casos en que la causa se encuentre en fase de instrucción, lo cual no es el caso y la propia Ley de Enjuiciamiento Criminal recoge que “si fuere condenado el investigado o encausado, la prisión provisional podrá prorrogarse hasta el límite de la mitad de la pena efectivamente impuesta en la sentencia, cuando ésta hubiere sido recurrida”. Eso significa, como se ha dicho estos días en distintos medios de comunicación, que los miembros de la Manada podrían haber permanecido dos años y medio más en prisión preventiva y evitar así la alarma social que su puesta en libertad provisional ha levantado,
La Ministra de Justicia, Dolores Delgado, ha dicho que en España hacen falta trabajar "en perspectiva de género" y ha puntualizando que lo que hace falta son "reformas mentales" y "formación para desarrollar la perspectiva de género". No le falta razón, pero ademas es necesario una mínima unificación de criterio a la hora de juzgar este tipo de delitos. Los abogados defensores de los acusados se han quejado estos días de que se está produciendo un linchamiento, una especie de inquisición contra ellos que no les va a permitir salir a la calle una vez que están fuera. Pues por eso tal vez no deberían estar en libertad y así nadie tendría que preocuparse por su seguridad. Esto es el mundo al revés y, en vez de proteger a la víctima, ahora hay que proteger a estos malnacidos. ¡Qué asco da todo!