Page y Puig pasan de puntillas por el tema que les podría haber arruinado la reunión
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha afirmado hoy que, para alcanzar un acuerdo nacional sobre el agua, tiene que haber un consenso previo entre la Comunitat Valenciana, Murcia y su comunidad "como mínimo", y ha mostrado su disposición a mantener contactos en esa línea.
Tras reunirse en Valencia con el president de la Generalitat, Ximo Puig, para tratar sobre financiación autonómica, ambos dirigentes se han pronunciado sobre un posible pacto nacional del agua a preguntas de los periodistas.
Han considerado acabada la guerra del agua entre ambas comunidades y han abogado por llegar a acuerdos, para lo que han mostrado su disposición al diálogo.
El presidente de Castilla-La Mancha ha manifestado que, pese a que Puig mantiene una posición distinta a la suya, tiene claro que debe haber un consenso "como mínimo" entre la Comunitat Valenciana, Murcia y Castilla-La Mancha antes de alcanzar un acuerdo nacional.
Desde posiciones distintas, en las que Puig defiende los intereses de los regantes y de su comunidad, todos los presidentes autonómicos plantean la necesidad de un acuerdo nacional "de una vez por todas", además de que se trata de una exigencia que plantea "Europa, el clima y la realidad", ha manifestado García-Page.
Page pide "altura de miras"
El presidente castellanomanchego ha preferido no ahondar "en asuntos que nos pudieran enfrentar", ya que ha habido "mucho debate y muy agrio" en las últimas décadas sobre este asunto, pero se debe tener perspectiva y "altura de miras", ha asegurado.
Ximo Puig ha dicho que el tiempo de las guerras del agua "estériles" ya ha pasado y ahora se da una situación de sequía "muy grave", y ha reclamado que las políticas contra el cambio climático deben formar parte de la agenda central de la próxima Conferencia de Presidentes Autonómicos.
Buscar soluciones a corto plazo contra el cambio climático para garantizar el agua a las zonas que no tienen y planteamientos estructurales que aúnen los distintos intereses deben ser estrategias, ha defendido Puig.
Según ha señalado, la política de la Generalitat al respecto es buscar todas las fórmulas posibles dado que el trasvase no es una solución "por sí mismo", y ha citado la importancia de la desalinización.
Puig también se ha mostrado abierto al diálogo porque, ha dicho, la complejidad del problema exige la modernización de las confederaciones desde la cooperación institucional y las políticas de agua, e invertir en modernización del riego y en reutilización.
Más que hablar de confrontación, habría que hablar de soluciones, ha concluido Puig, quien ha mostrado su preocupación por la sequía en la comarca alicantina de la Vega Baja, "parte fundamental de la huerta europea".