Un anciano de Ciudad Real captó a 7 niños en un parque para abusar de ellos
La fiscalía mantiene su petición inicial de una pena de 45 años de prisión para un septuagenario acusado de delitos continuados de agresión sexual, abuso y prostitución a siete menores -seis niños y una niña- al término del juicio que hoy ha quedado visto para sentencia.
El juicio, que se ha celebrado a puerta cerrada en la Audiencia Provincial de Ciudad Real, ha concluido con la petición del Ministerio Fiscal de una pena de cárcel que suma más de 45 años, al considerar probados los delitos de los que se acusaba a M.D.G., un hombre de 73 años y vecino de la localidad ciudadrealeña de Almagro.
El fiscal jefe de la Audiencia Provincial de Ciudad Real, Luis Huete, en declaraciones a los medios de comunicación, ha asegurado que los hechos son tan sumamente graves que "no admiten moderación" en la petición de la pena.
Huete ha explicado que el acusado ha reconocido los hechos, como ya lo había hecho anteriormente, y ha asegurado que la fiscalía sólo ha pedido la modificación de la pena de abuso sexual en grado de tentativa en el caso de la niña, a la que el septuagenario intentó tocar el pecho.
Por su parte, el abogado de la defensa, Javier Nieto, ha pedido la absolución del acusado del delito de prostitución, y la rebaja de la pena en relación al delito de abuso sexual que el septuagenario ha reconocido haber cometido.
Nieto ha señalado que la defensa discrepa en relación con el delito continuado de abuso sexual y también entiende que la sala debe estimar que no se había producido el delito de prostitución del que su defendido es acusado por el fiscal.
La Fiscalía mantiene que el procesado cometió estos delitos al agredir o abusar de los menores entre los años 2014 y 2015.
Les captaba en un parque con refrescos y chocolatinas
El acusado, según explicaba el Ministerio Fiscal en su escrito de conclusiones provisionales, acudía con frecuencia al parque próximo a su domicilio, con la finalidad de captar a menores de edad ofreciéndoles refrescos y chocolatinas, a los que posteriormente invitaba a su casa, donde tenía diversos juguetes y una tablet con archivos de pornografía de adultos que exhibía a los menores y les ofrecía dinero a cambio de que le dejaran que les hiciera felaciones.
Asimismo, mantiene que "con ánimo intimidatorio" amenazaba a los menores para que no hablaban, y que incluso en alguna ocasión llegó a mostrar un machete a uno de ellos para que no dijera nada.
El acusado también trató de realizar tocamientos a una niña, hermana de uno de los niños de los que abusó, a pesar de que ésta se negó.